Jueves 25 de abril de 2024

La meta del sacerdote, el sacerdocio santamente vivido

  • 19 de septiembre, 2012
  • Trenque Lauquen (Buenos Aires
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde, presidió la misa de ordenación presbiteral del diácono Francisco Pérez Cadierno en la parroquia de Trenque Lauquen, donde le recordó que "debes hacerlo presente entre los hombres, con la palabra y la acción, pero también con el testimonio de tu vida y con el ardor de santidad que debes pedir siempre a Dios, para que encuentres allí la inspiración y el aliento para el ministerio que te será confiado". "Esta Iglesia en Nueve de Julio espera mucho de tu dedicación en el ministerio, desea sobre todo que en el progreso de la acción pastoral y de las responsabilidades crezca siempre, y se haga más profunda y arraigada, la entrega de tu corazón y de tu servicio a Cristo y a tus hermanos", subrayó.
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El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde, recordó que el sacerdocio es "una llamada especial a la conversión que se realizó en el Bautismo, y te pone para siempre al servicio de Cristo en su Iglesia. Debes hacerlo presente entre los hombres, con la palabra y la acción, pero también con el testimonio de tu vida y con el ardor de santidad que debes pedir siempre a Dios, para que encuentres allí la inspiración y el aliento para el ministerio que te será confiado".

El prelado hizo estas observaciones sobre la importancia del ministerio al presidir en Trenque Lauquen la misa de ordenación presbiteral del diácono Francisco Pérez Cadierno, a quien llamó a fructificar los aportes recibidos de quienes colaboraron en su formación.

"Será una bendición para quienes tendrás que asistir en tu ministerio futuro. Es lo que Dios espera de cada sacerdote. La alegría del pastor es la santidad de sus ovejas, su consuelo, la comunión de la Iglesia, su esperanza, el cumplimiento de las promesas de vida eterna, de modo que todas las tareas y actividades que realizamos van colaborando en la construcción invisible del templo espiritual", subrayó.

Monseñor Elizalde sostuvo que "esta Iglesia en Nueve de Julio espera mucho de tu dedicación en el ministerio, desea sobre todo que en el progreso de la acción pastoral y de las responsabilidades crezca siempre, y se haga más profunda y arraigada, la entrega de tu corazón y de tu servicio a Cristo y a tus hermanos".

"Nuestra Señora de los Dolores, que nunca fue tan madre de su Hijo como en esta actitud que hoy evoca la liturgia de la Iglesia: serena al pie de la cruz, te acompañe con su intercesión. Sea ella tu amparo y tu alegría, tu fuerza y tu consuelo, en la misión exaltante, pero exigente también, de ser sacerdote de Cristo", concluyó.+

Texto completo de la homilía