Jueves 28 de marzo de 2024

La Iglesia en Bélgica y la protección de los niños

  • 12 de julio, 2012
  • Bruselas (Bélgica) (AICA)
Promovida por la Conferencia Episcopal belga, comenzó su accionar la comisión interdiocesana para la protección de los niños y de los jóvenes. A partir del documento episcopal publicado en enero "Un sufrimiento escondido. Para un acercamiento global a los abusos sexuales en la Iglesia" la Iglesia belga iniciaba el trabajo "de reconocimiento y de reparación a las víctimas de abusos sexuales en un contexto eclesial o pastoral".
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Promovida por la Conferencia Episcopal belga, comenzó su accionar la comisión interdiocesana para la protección de los niños y de los jóvenes. A partir del documento episcopal publicado en enero "Un sufrimiento escondido. Para un acercamiento global a los abusos sexuales en la Iglesia" la Iglesia belga iniciaba el trabajo "de reconocimiento y de reparación a las víctimas de abusos sexuales en un contexto eclesial o pastoral".

El documento ?de 52 páginas? "pretende ser la respuesta de los obispos de Bélgica y de los superiores de los religiosos de Bélgica a los casos de abusos sexuales cometidos por el clero.

Un documento duro y conmovedor que también contiene los medios puestos en práctica para alcanzar algunos objetivos, como: voluntad de estar de parte de las víctimas; romper el silencio; cooperar para el reconocimiento y la reparación; no dejar en paz a aquellos que abusan y asegurar la prevención en el futuro.

En los meses pasados también comenzaron a trabajar los diez centros de contacto para las víctimas y se puso en marcha el procedimiento de arbitraje propuesto por la comisión parlamentaria.

Las víctimas de abusos pueden presentar su petición de reconocimiento, de reparación y de indemnización económica tanto en los puntos de contacto como en el centro de arbitraje.

La nueva comisión tiene diversas tareas que llevar a cabo. En particular, sostener los diez centros de contacto locales; recoger las líneas de comportamiento ya en uso para mejorar la prevención para los abusos o los comportamientos trasgresores; garantizar una comunicación eficaz entre los responsables eclesiales y las estructuras sociales que trabajan en el ámbito de los abusos y de la prevención; y redactar anualmente un informe sobre las denuncias presentadas en los centros de contacto y sobre los sucesivos trámites realizados en cada uno de los casos.+