Jueves 25 de abril de 2024

La caridad al servicio de la comunidad social y política

  • 13 de julio, 2013
  • Santa Fe
Al reflexionar sobre la parábola del buen samaritano, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, destacó que "el Evangelio nos abre a una dimensión nueva que es lo propio de la caridad, que presupone el plano de la justicia, pero lo trasciende y perfecciona. No se trata sólo de dar al otro lo que necesita, sino ?que el amor, y solamente el amor (también ese amor benigno que llamamos misericordia), es capaz de restituir el hombre a sí mismo?. Este plus de la caridad es lo que le permite al otro recuperar su dignidad". "Si pasamos de este plano personal al nivel de las relaciones sociales, este amor al prójimo se convierte en caridad social. ?La caridad social y política no se agota en las relaciones entre las personas, sino que se despliega en la red en que estas relaciones se insertan que es precisamente la comunidad social y política, e interviene sobre ésta, procurando el bien posible para la comunidad en su conjunto?", subrayó, al tiempo que precisó "est
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El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, explicó que la parábola del buen samaritano no es "sólo una enseñanza de Jesús a los apóstoles, es una palabra actual que nos dirige a cada uno de nosotros" y advirtió que "si no comprendemos esto podemos hacer del evangelio un libro que nos presenta buenos ejemplos, pero no es Palabra de Dios que hoy, y de un modo personal, me dirige a mí y espera una respuesta".

"Leer el evangelio como Palabra actual de Dios, es introducirnos en un diálogo personal con el Señor que se convierte en fuente de vida y oración. A veces les digo a los chicos en las confirmaciones que yo puedo hoy ?chatear? con Jesucristo, cuando leo el evangelio con un corazón abierto, con espíritu de fe. Considero necesario que recordemos qué significa hoy leer la Biblia como Palabra de Dios", subrayó en su alocución radial.

Tras citar detalles de la parábola, destacó la actitud del samaritano que se detuvo y asistió al hombre que había sido asaltado y estaba herido.

"Podemos decir que sólo este último fue sensible al dolor de su hermano y se sintió llamado a detenerse. Lo que vio se convirtió para él en una pregunta, su gesto fue la respuesta. La primera enseñanza que saco de este evangelio es que todo hombre es mi hermano, por ello, todo hombre debería ser mi prójimo", reflexionó.

El prelado sostuvo que "el texto marca, precisamente, que la persona herida era un samaritano, es decir, alguien que no pertenecía a mi comunidad, era un extranjero, sin embargo se detuvo. Esta conciencia de fraternidad se fortalece desde la fe en la que Dios es Padre de todos. La fe lejos de apartarme del mundo y de las necesidades del hombre, me ilumina y compromete en una acción, que en este caso es respuesta a una necesidad de mi hermano. Hay, en el Samaritano, una conciencia recta que lo lleva a actuar. Podemos hablar, incluso, de un acto de justicia".

"El Evangelio nos abre, sin embargo, a una dimensión nueva que es lo propio de la caridad, que presupone el plano de la justicia, pero lo trasciende y perfecciona. No se trata sólo de dar al otro lo que necesita, sino ?que el amor, y solamente el amor (también ese amor benigno que llamamos misericordia), es capaz de restituir el hombre a sí mismo?. Este plus de la caridad es lo que le permite al otro recuperar su dignidad. El amor lo eleva y enriquece, porque en él se manifiesta el amor de Dios, san Juan nos diría que: ?el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios?".

Por último, monseñor Arancedo indicó que "si pasamos de este plano personal al nivel de las relaciones sociales, este amor al prójimo se convierte en caridad social" e indicó que "la caridad social y política no se agota en las relaciones entre las personas, sino que se despliega en la red en que estas relaciones se insertan que es precisamente la comunidad social y política, e interviene sobre ésta, procurando el bien posible para la comunidad en su conjunto. Este aspecto del evangelio es el que aborda la Doctrina Social de la Iglesia, como expresión de la caridad al servicio de la comunidad social y política".+