Viernes 19 de abril de 2024

Francisco, "peregrino de la alegría del Evangelio" en Chile y Perú

  • 9 de enero, 2018
  • Ciudad del Vaticano
A pocos días del viaje apostólico del papa Francisco a los vecinos países de Chile y Perú, el Pontífice envió un mensaje a los habitantes de ambas naciones, en el que afirma: "Voy hacia ustedes como peregrino de la alegría del Evangelio, para compartir con todos ?la paz del Señor? y ?confirmarlos en una misma esperanza".
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Anticipando su visita, que será entre el 15 y el 21 de enero, el papa Francisco envió un videomensaje a los hermanos y hermanas de Chile y Perú.

"Ante la proximidad de mi viaje a esas tierras los saludo afectuosamente. Voy hacia ustedes como peregrino de la alegría del Evangelio, para compartir con todos «la paz del Señor» y «confirmarlos en una misma esperanza». Paz y esperanza, compartidas entre todos", saludó el Papa.

Entre sus deseos para este viaje, el Santo Padre destacó "encontrarme con ustedes, mirarlos a los ojos, ver sus rostros y poder entre todos experimentar la cercanía de Dios, su ternura y misericordia que nos abraza y consuela".

Francisco recordó que conoce la historia de ambos países y manifestó su deseo de "dar gracias a Dios por la fe y el amor a Dios y a los hermanos más necesitados, especialmente por el amor que ustedes tienen hacia aquellos que están descartados de la sociedad". En este sentido, el Pontífice advirtió que "la cultura del descarte cada vez nos ha invadido más".

"Quiero hacerme partícipe de las alegrías de ustedes, las tristezas, de sus dificultades y esperanzas, y decirles que no están solos, que el Papa está con ustedes, que la Iglesia entera los acoge, que la Iglesia los mira", añadió.

"Con ustedes deseo experimentar la paz que viene de Dios, tan necesaria; solo Él nos la puede dar. Es el regalo que Cristo nos hace a todos, el fundamento de nuestra convivencia y de la sociedad; la paz se sostiene en la justicia y nos permite encontrar instancias de comunión y armonía", aseguró el Papa, y llamó a "pedirla constantemente al Señor y el Señor la da. Es la paz del Resucitado que trae la alegría y nos impulsa para ser misioneros, reavivando el don de la fe que nos lleva al encuentro, a la comunión compartida de una misma fe celebrada y entregada".

"Ese encuentro con Cristo resucitado nos confirma en la esperanza. No queremos estar anclados a las cosas de este mundo, nuestra mirada va mucho más allá, nuestros ojos están puestos en su misericordia que cura nuestras miserias. Solo Él nos da el empuje para levantarnos y seguir. Palpar esta cercanía de Dios nos hace comunidad viva que es capaz de conmoverse con los que están a nuestro lado y dar pasos firmes de amistad y de fraternidad. Somos hermanos que salimos al encuentro de los demás para confirmarnos en una misma fe y esperanza", añadió.

"Pongo en las manos de la Virgen Santa, Madre de América, este viaje apostólico y todas las intenciones que llevamos en nuestro corazón, para que sea ella, como buena Madre, quien las acoja y nos enseñe el camino hacia su Hijo", concluyó, reiterando su tradicional pedido de oración.+