Martes 23 de abril de 2024

Francisco: Aceptar nuestra debilidad y confiar en Dios, para no caer en la idolatría

  • 8 de agosto, 2018
  • Ciudad del Vaticano
La idolatría "surge de la incapacidad de confiar sobre todo en Dios, de poner nuestras certezas en Él, de permitirle dar verdadera profundidad a los deseos de nuestro corazón", expresó el papa Francisco, este miércoles 8 de agosto, durante la Audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI, ante unas siete mil personas. En su nueva catequesis sobre los Mandamientos, el pontífice volvió a hablar, como la semana pasada, sobre la idolatría.
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La idolatría "surge de la incapacidad de confiar sobre todo en Dios, de poner nuestras certezas en Él, de permitirle dar verdadera profundidad a los deseos de nuestro corazón", expresó el papa Francisco, este miércoles 8 de agosto, durante la Audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI, ante unas siete mil personas. En su nueva catequesis sobre los Mandamientos, el pontífice volvió a hablar, como la semana pasada, sobre la idolatría.

Tomando la lectura del Libro del Éxodo en la que el pueblo de Israel en el desierto se fabrica un becerro de oro para adorarlo, Francisco explicó que el desierto "es un lugar donde reina la precariedad y la inseguridad, no hay nada en el desierto, nada, no hay agua, comida o refugio".

"El desierto es una imagen de la vida humana, cuyo estado es incierto y no tiene garantías seguras", explicó el Papa y agregó "esta inseguridad genera en el hombre ansiedades primarias" tales como: "¿Qué vamos a comer? ¿Qué vamos a beber? ¿Qué nos pondremos?".

Estas son las principales preocupaciones, señaló y explicó a continuación que "La naturaleza humana, para escapar de la precariedad busca una religión ?hecha por uno mismo?. "Moisés subió a la montaña y como tardaba en bajar, la gente se impacientó", explicó Francisco.

Volviendo al texto del Éxodo el Papa señaló: "Entonces las personas piden un dios visible, y caen en la trampa de querer fabricarse un dios a su medida" y le dicen a Aaron: "Haz para nosotros un dios que podamos ver, haznos un nuevo líder".

La idolatría "surge de la incapacidad de confiar sobre todo en Dios, de poner nuestras certezas en Él, de permitirle dar verdadera profundidad a los deseos de nuestro corazón", señaló Francisco.

"Sin la primacía de Dios se cae fácilmente en la idolatría". El Santo Padre explicó que la tentación de caer en la idolatría es algo que frecuentemente leemos en la Biblia. "Liberar al Pueblo de Israel de Egipto no le costó tanto trabajo a Dios, porque lo hizo con signos de poder y de amor, sino que la gran obra de Dios fue quitar a Egipto del corazón de la gente, es decir quitar la idolatría del corazón de la gente. Esta es la gran obra de Dios: quitar el Egipto que llevamos dentro, la fascinación de la idolatría".

"Éxito, poder y dinero. Estos son los grandes ídolos. ¡Estas son las tentaciones de todos los tiempos!", señaló Francisco. "Esto es el becerro de oro: "El símbolo de todos los deseos que dan la ilusión de libertad y en su lugar esclavizan", explicó y subrayó: "Porque los ídolos siempre esclavizan".

El Santo Padre concluyó su catequesis invitando a "aceptar nuestra fragilidad y rechazar los ídolos de nuestros corazones".

"Por la puerta de la debilidad entra la salvación de Dios; es por su propia insuficiencia que el hombre se abre a la paternidad de Dios".

"La libertad del hombre nace del dejar que el verdadero Dios sea el único Señor. Esto permite aceptar la propia fragilidad y rechazar los ídolos de nuestro corazón".

"Nuestra curación proviene de Aquel que se hizo pobre, que aceptó el fracaso, que llevó nuestra precariedad hasta el final para llenarla de amor y fortaleza. Él viene a revelarnos la paternidad de Dios; en Cristo nuestra fragilidad ya no es una maldición, sino un lugar de encuentro con el Padre y la fuente de una nueva fuerza que proviene de lo alto", concluyó el papa Francisco.+