Martes 16 de abril de 2024

Fallecimiento del Patriarca Sirio Ortodoxo de Antioquía

  • 25 de marzo, 2014
  • Buenos Aires (AICA)
El viernes 21 de marzo, después de sufrir un ataque cardíaco mientras estaba en Alemania para recibir tratamiento médico, falleció Su Santidad Mar Ignacio Zakka I Iwas, Patriarca Siro-ortodoxo de Antioquía y de todo el Oriente. Para rogar por su eterno descanso, el arzobispo Crisóstomo Juan Ghassali celebró la Divina Liturgia el domingo 23 a las 10.30 en la catedral sirio ortodoxa de San Pedro, de La Plata, y a las 19 en la iglesia San Efrén, de la Capital Federal.
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El viernes 21 de marzo, después de sufrir u ataque cardíaco mientras estaba en Alemania para recibir tratamiento médico, falleció Su Santidad Mar Ignacio Zakka I Iwas, Patriarca Siro-ortodoxo de Antioquía y de todo el Oriente.

Para rogar por su eterno descanso, el Arzobispo Crisóstomo Juan Ghassali celebró la Divina Liturgia el domingo 23 a las 10.30 en la catedral sirio ortodoxa San Pedro, de La Plata, y a las 19 en la iglesia San Efrén, de la Capital Federal.

Reseña biográfica
Su Santidad Mar Ignacio Zakka I Iwas nació el 21 de abril de 1933 en Mosul, Iraq. Sus padres le pusieron el nombre Sanharib. Estudió en la Escuela de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Santo Tomás en Mosul. En 1946 comenzó sus estudios de teología en el seminario San Efrén, donde recibió el nombre de Zaqueo (Zakka). En 1948 fue ordenado Diácono con el grado de Lector. En 1954 hizo los votos monásticos y fue nombrado secretario del Patriarca Ignacio Afram I Barsomo y luego del Patriarca Ignacio Santiago (Jacobo) III. En 1955 fue ordenado Diácono Evangelista.

El 17 de noviembre de 1957 el Patriarca Santiago III lo ordenó presbítero y, dos años más tarde, le dio la cruz pectoral como archimandrita.

En 1960 completó sus estudios en Nueva York, donde estudió lenguas orientales y completó un master en inglés en la Universidad de Nueva York y otro en teología pastoral en el Seminario Teológico General. Entre 1962 y 1963 fue delegado por el Patriarca como observador en el Concilio Vaticano II.

El 17 de noviembre de 1963 fue consagrado Obispo Metropolitano de Mosul. Como es tradición en la Iglesia Siriana, tomó un nombre episcopal (Severo). En 1969 fue nombrado arzobispo de Bagdad y Basora. Nueve años más tarde, se le dio la responsabilidad adicional de la nueva diócesis de Australia.

Tras la muerte del Patriarca Santiago III, el Santo Sínodo de la Iglesia Siriana lo eligió, el 25 de junio de 1980, Patriarca de la santa sede de Antioquía, cargo en el que fue entronizado el 14 de septiembre de 1980 por Baselios Paulose II, en la catedral patriarcal de San Jorge en Damasco. Tomó entonces el nombre de Ignacio Zaqueo I.

Como Patriarca participó intensamente en el diálogo ecuménico y ocupó la presidencia del Consejo Mundial de Iglesias. El 23 de junio de 1984, en el Vaticano, junto con el papa Juan Pablo II, firmó una Declaración común ratificando la Cristología común a ambas Iglesias y estableciendo la colaboración mutua en la tarea pastoral y la cooperación en la formación sacerdotal y en la educación teológica. En 2001 recibió al papa Juan Pablo II cuando éste visitó Siria.

Era miembro de diferentes academias de Oriente y Occidente. Es autor de varios libros sobre educación cristiana, teología, historia y cultura, en arameo, árabe e inglés.

Mensaje del papa Francisco
"El mundo cristiano ha perdido un líder espiritual extraordinario, valiente y sabio que guió a su pueblo en tiempos difíciles" -dice el mensaje de pésame enviado por el papa Francisco con motivo del fallecimiento de Su Santidad Mar Ignatius Zakka I Iwas, Patriarca Siro-ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente, que falleció el viernes 21 de marzo a los 80 años.

"Su Santidad -agrega el mensaje- fue testigo de los constantes conflictos violentos que han acarreado muerte y sufrimiento en Oriente Medio, especialmente en Iraq y recientemente en Siria. Era un hombre de diálogo y paz con los fieles de todas las religiones".

Asimismo, el Papa recuerda en el mensaje la intervención del Patriarca -como observador- en el Concilio Vaticano II y agradece su gran contribución "en el fortalecimiento de la comunión entre la Iglesia Siria Ortodoxa y la Iglesia Católica".

Celebración en San Efrén
En la divina liturgia que presidió en la iglesia San Efrén, en la ciudad de Buenos Aires, el arzobispo Crisóstomo Juan Ghassali recordó emocionado al patriarca que tuvo muchísima importancia en su vida y le confirió todas las órdenes: "Me abrazó desde el primer momento que entré al monasterio y que me aceptó como seminarista, me ordenó lector, subdiácono, monje, diácono, vicario patriarcal en Grecia y sacerdote archimandrita durante 12 años en Grecia. Siempre me contuvo con amor, con sabiduría y con buenas instrucciones como base de todo el pensamiento". Destacó especialmente su humildad y su preocupación por "los pecados de los cismas y divisiones que tenemos entre los cristianos".

El arzobispo Ghassali, que pocos días antes había visitado al nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, destacó la buena relación del patriarca con la Iglesia Católica. Citó palabras suyas: "La Iglesia Cristiana se siente asimismo con el pecado que cometieron algunos padres y que cometemos todos nosotros en estos días que es el pecado del Cisma. La unidad cristiana es lo que quería el Señor de su Padre celestial para ser todos uno?". Ignacio Zacca I recordaba: "Fui observador oficial del Concilio Vaticano II y participé en conferencias teológicas y ecuménicas entre los ortodoxos y los católicos" y señalaba: "? estoy esperanzado a favor de la unión y cooperación con la Iglesia Católica y de las demás iglesias que conforman la comisión de las iglesias mundiales".

En 1971 Ignacio Zacca firmó con el papa Pablo VI un documento que decía: "El Papa y el Patriarca han reconocido la profunda comunión espiritual que ya existe entre sus iglesias. La celebración de los sacramentos del Señor, la profesión de fe común en el Señor Jesucristo, la Palabra de Dios hecha hombre para la salvación de los hombres, la tradición apostólica que forma parte de la herencia común de ambas iglesias, los grandes Padres y Doctores, incluso San Cirilo de Alejandría, quienes son sus maestros comunes en la fe. Todo esto testifica la acción del Espíritu Santo que ha continuado trabajando en sus Iglesias".

Monseñor Ghassali recordó asimismo un documento firmado en 1984 junto con Juan Pablo II, que dice: "Nuestra identidad en la fe, aunque todavía no completa, nos autoriza a contemplar la colaboración entre nuestras Iglesias en la tarea pastoral en situaciones que son ahora frecuentes, a causa de la dispersión de nuestros fieles por el mundo, como por la precariedad de las condiciones en estos tiempos difíciles". En casos de urgencia en que resultara material o moralmente imposible a los fieles tener acceso a un sacerdote de su iglesia, autorizaba a pedir los sacramentos a legítimos sacerdotes de cualquiera de "nuestras dos Iglesias hermanas". Exhortaba asimismo a promover la colaboración en la educación teológica y no olvidaba todo cuanto debía hacerse todavía para realizar la plena comunión visible, por lo cual imploraban al Señor "aquella unidad que sola nos hará capaces de brindar al mundo un testimonio plenamente unánime del Evangelio".

La liturgia, que duró casi dos horas, fue celebrada ante un pequeño grupo de fieles siriano ortodoxos. Asistieron también María Luisa Cárdenas, católica, por la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas de la Argentina (CEICA); Andrea Poretti y Marco Gallo, por la Comunidad San Egidio, y Florencia Uriburu y Claudette Dubois, del grupo de ecumenismo de la parroquia Inmaculada Concepción (la Redonda), de Belgrano.+