España celebró a su patrono y evangelizador, el apóstol Santiago
- 25 de julio, 2014
- Santiago de Compostela (España)
Con múltiples celebraciones en todo el país, España rindió honores a su patrono, el apóstol Santiago, primer evangelizador de estas tierras. La celebración central se realizó en la catedral de Santiago de Compostela, adonde concurrieron cientos de fieles y autoridades, entre ellas, el flamante rey español, Felipe VI, y la reina, Letizia Ortiz.
El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, presidió la celebración eucarística central, durante la que los reyes de España cumplieron con la tradición de entregar la ofrenda nacional al apóstol. El prelado pidió al patrono de España que medie por una "convivencia solidaria" entre los habitantes del suelo ibérico.
Monseñor Barrio también encomendó a Santiago la protección del flamante rey, Felipe VI. También pidió que "el pueblo del apóstol y los demás pueblos se vean bendecidos por la paz, y finalmente depositó en manos del santo a todos los ciudadanos que sufren las consecuencias de la crisis "moral y económica", para que tengan fortaleza, generosidad y constancia en la búsqueda del bien común y de la "renovación ética" de la sociedad.
El arzobispo animó a "apreciar lo bueno que tenemos" y a hacerlo con "lucidez intelectual, coraje moral y capacidad de hacernos cargo de la vida de los otros", puesto que solo así se abren los "caminos de esperanza".
Monseñor Barrio agradeció a los monarcas que en el comienzo de su reinado hayan querido presentar la ofrenda al patrón de España.
Recuerdo de las víctimas. En vísperas de la festividad, el arzobispo presidió una misa en la catedral para pedir especialmente por el eterno descanso de los fallecidos en un accidente ferroviario ocurrido hace un año en el distrito de Angrois, y por el consuelo de sus familiares. También invitó a rezar por la recuperación de los heridos y el consuelo de todos los allegados a las 79 víctimas mortales y los 147 heridos.
En su homilía, monseñor Barrio alentó a mirar "hacia delante". El prelado expresó: "La vida se comprende mirando hacia atrás, pero hay que vivirla mirando hacia delante. El arzobispo sostuvo que el estremecimiento "ante el inmenso dolor" por la tragedia puso también de relieve la compasión y el heroísmo de muchas personas, cuya cercanía y trabajo fueron signos de luz "en el misterio del dolor y la muerte".
"La verdad de la resurrección permite a los cristianos no detenerse entre lágrimas ante la muerte, al comprender que no es punto final de la existencia. Solo esta esperanza puede consolar la pérdida de unos seres queridos y dar sentido a sus vidas y a sus muertes, y reanudar con ellos un diálogo que la muerte interrumpió", manifestó el obispo.+
