Jueves 28 de marzo de 2024

Episcopado Salvadoreño: "Mons. Romero fue pastor, profeta, maertir y ante todo sacerdote"

  • 23 de mayo, 2015
  • San Salvador (El Salvador)
"Hombre de Dios, hombre de la Iglesia y defensor de los pobres" comienza el mensaje de la Conferencia Episcopal de El Salvador con motivo de la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero, que tendrá lugar, este sábado 23 de mayo, en una misa que presidirá el cardenal Ángelo Amato SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Los obispos salvadoreños reconocen que el camino hacia la beatificación "no fue fácil". La mayor dificultad -explican- fue la manipulacioen que se hizo de la figura y de la palabra del futuro beato. La celebración eucarística comenzará a las 10, hora de San Salvador (a las 15, hora de Buenos Aires) en la plaza El Salvador del Mundo, donde se espera que asistan unas 260 mil personas.
Doná a AICA.org
"Hombre de Dios, hombre de la Iglesia y defensor de los pobres" comienza el mensaje de la Conferencia Episcopal de El Salvador con motivo de la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero, que tendrá lugar, este sábado 23 de mayo, en una misa que presidirá el cardenal Ángelo Amato SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. La celebración eucarística comenzará a las 10, hora de San Salvador (a las 15, hora de Buenos Aires) en la plaza El Salvador del Mundo, donde se espera que asistan unas 260 mil personas.

Tal y como recuerdan en el mensaje los obispos salvadoreños, en los ueltimos anños El Salvador fue noticia sobre todo "por la violencia homicida que enluta a innumerables hogares al arrebatar tantas vidas, sobre todo de joevenes". Sin embargo, recuerdan, "hoy peregrinamos llenos de juebilo y esperanza, hacia el lugar de la beatificacioen de monsenñor Romero. Caminamos juntos no solo hijos e hijas de esta tierra sino tambieen hombres y mujeres de los países vecinos e incluso de naciones lejanas".

Han pasado 35 años desde la muerte del entonces arzobispo de San Salvador, y el camino que hoy culmina a los pies del monumento dedicado a Jesucristo, el Salvador del mundo, "no fue fácil", reconocen los obispos. La mayor dificultad -explican- fue la manipulacioen que se hizo de la figura y de la palabra del futuro beato. Por eso, en una ocasioen, el papa Juan Pablo II exclamoe: "Romero es nuestro, es de la Iglesia, no permitamos que nos lo arrebaten".

Igualmente, los obispos recuerdan que fue el sucesor del futuro beato, monsenñor Arturo Rivera Damas, quien tuvo "la titaenica tarea de recuperar la verdadera fisonomiea del pastor, profeta y maertir que fue monsenñor Romero. Porque eel fue ante todo sacerdote".

Por otro lado, los obispos dan gracias al papa Francisco por haber firmado, el 3 de febrero del presente anño, el decreto de martirio "en odio a la fe" de monsenñor Romero. También explican en el mensaje que detraes del altar en el que monsenñor Romero serae beatificado se verá su lema episcopal: "Sentir con la Iglesia". "Esta idea aparece desde sus apuntes personales de seminarista romano, donde confiesa claramente su amor inquebrantable a la Iglesia y su devota adhesioen al Vicario de Cristo", confirman los prelados.

Prosiguen indicando que el aspecto maes conocido y maes valorado del ministerio de monsenñor Romero fue "su amor a los pobres y su total entrega a la promocioen y a la defensa de su dignidad como personas y como hijos e hijas de Dios". Por este servicio generoso y arriesgado --observan-- se le llamoe "Voz de los que no tienen voz", tarea que eel asumioe con plena conciencia de los riesgos que implicaba. A propósito reconocen que para monsenñor Romero la palabra "pobre" no teniea una connotacioen ideoloegica sino profundamente evangeelica. Por eso insistiea -añaden- en que tambieen el pobre necesitaba convertirse.

Al concluir el mensaje de la Conferencia Episcopal, los prelados salvadoreños explican que cuando decidieron dedicar un trienio de preparacioen al centenario del nacimiento de monsenñor Romero, auen no sabían que el papa Francisco firmariea el decreto del martirio "en odio a la fe". "El Dios providente, en su infinita misericordia, habiea decidido que su testigo fiel alcanzara la gloria de los altares durante el pontificado del primer Papa latinoamericano", concluye el mensaje.+