Jueves 28 de marzo de 2024

El Papa rezó en el Muro de los Lamentos y dejó un padrenuestro en sus grietas

  • 26 de mayo, 2014
  • Jerusalén (Tierra Santa)
En la mañana de este lunes, 26 de mayo, el Santo Padre se trasladó de la Explanada de las Mezquitas al Muro Occidental o Muro de los Lamentos. La pared de 15 metros de altura es, por razones históricas y religiosas, un lugar de culto para los judíos. El rabino encargado del Muro recibió a Francisco y lo acompañó hasta él. Allí el Papa permaneció algunos instantes solo en silencio rezando, y como hicieron también sus predecesores, dejó entre sus grietas un papel en el que había escrito un Padre Nuestro y dijo: "Lo escribí a mano en español porque es la lengua en la que lo aprendí de mi madre".
Doná a AICA.org
En la mañana de este lunes, 26 de mayo, el Santo Padre se trasladó de la Explanada de las Mezquitas al Muro Occidental o Muro de los Lamentos. La pared de 15 metros de altura es, por razones históricas y religiosas, un lugar de culto para los judíos.

El rabino encargado del Muro recibió a Francisco y lo acompañó hasta él y le explicó el significado histórico del muro que formó parte del segundo Templo de Jerusalén y fue destruido en el año 70 por las legiones romanas cuando aplastaron la revuelta judía.

El Santo Padre contó con la asistencia del Custodio de Tierra Santa, el sacerdote franciscano Pierbattista Pizzaballa, quien le traducía las explicaciones, así como el discurso que posteriormente pronunció el rabino.

El Papa permaneció algunos instantes solo en silencio rezando, y como hicieron también sus predecesores, dejó entre sus grietas un papel en el que había escrito un Padre Nuestro y dijo: "Lo escribí a mano en español porque es la lengua en la que lo aprendí de mi madre".

Como parte de la ceremonia, el rabino siguió con la tradición de leer -en hebreo- uno de los salmos frente al muro, asimismo, dirigió un discurso al Papa donde elogió la importancia de Jerusalén.

Al final del encuentro, el rabino obsequió al Papa un cuadro donde se aprecia un grabado de la antigua ciudad de Jerusalén, así como un libro de parte de la comunidad judía.

Posteriormente, Francisco escribió en el cuaderno de honor para dejar un recuerdo de este importante acto esta frase: "¡Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer. Con la vergüenza del hombre que se hizo patrón del mal; con la vergüenza del hombre que pensando ser dios, ha sacrificado a sí mismo y a sus hermanos. Nuca más, nunca más!"

En su momento, sus predecesores Benedicto XVI y San Juan Pablo II también visitaron el Muro de los Lamentos, ante el cual también oraron y depositaron sus plegarias.+

NOTICIAS RELACIONADAS