Miércoles 24 de abril de 2024

El Papa a la ROACO: Busquen bajo las lágrimas el rostro luminoso de Cristo

  • 16 de junio, 2016
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco recibió esta mañana a los participantes de la Asamblea de las Obras de Ayuda para las Iglesias Orientales (Roaco), que se celebró en estos días y en la que participaron los representantes pontificios en Jerusalén, Líbano, Siria, Irak, Jordania y Ucrania. En la asamblea se habló también de la presencia de las Iglesias Siromalabares y Siromalankares en los territorios de la India fuera de Kerala. El Santo Padre les agradeció el "celo que ponen en llevar adelante la misión que se les confió y por la atención a las necesidades de nuestros hermanos de Oriente".
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El papa Francisco recibió esta mañana a los participantes de la Asamblea de las Obras de Ayuda para las Iglesias Orientales (Roaco), que se celebró en estos días y en la que participaron los representantes pontificios en Jerusalén, Líbano, Siria, Irak, Jordania y Ucrania, que acompañan la vida de las Iglesias y de los pueblos de esos países manifestando la cercanía del Papa y la Santa Sede, tanto con encuentros como con gestos concretos de caridad, en coordinación con los organismos de la Curia romana.

En la asamblea se habló también de la presencia de las Iglesias Siromalabares y Siromalankares en los territorios de la India, con excepción de Kerala.

El Papa saludó al nuevo Custodio de Tierra Santa, padre Francesco Patton, que sucedió al padre Pierbattista Pizzaballa y manifestó su agradecimiento a todos los Frailes Menores que desde hace siglos aseguran el mantenimiento de los Santos Lugares gracias también a la colecta del Viernes Santo, iniciativa comenzada por Pablo VI.

También auguró que con el aporte generoso de muchas personas y de otras comunidades cristianas se complete la restauración de la basílica de la Natividad y la cripta del Santo Sepulcro.

Precisamente durante la restauración de una pared de la nave en Belén salió a la luz un séptimo ángel que, junto con los otros seis de un mosaico, forma una procesión hacia el lugar que conmemora el nacimiento del Verbo hecho carne.

"Este hecho ?observó el Papa- nos hace pensar en que también el rostro de nuestras comunidades eclesiales puede estar cubierto de incrustaciones debidas a algunos problemas y pecados. Y, no obstante, la obra de ustedes siempre debe estar guiada por la certeza de que bajo las incrustaciones materiales y morales y también bajo las lágrimas y la sangre causadas por la guerra, la violencia y la persecución, bajo esta capa que parece impenetrable hay un rostro luminoso como el del ángel del mosaico".

"Y todos ustedes, añadió, con sus proyectos y sus acciones, cooperan en esta "restauración" para que el rostro de la Iglesia refleje visiblemente la luz de Cristo, el Verbo encarnado. Él es nuestra paz y llama a la puerta de nuestros corazones en el Oriente Medio, así como en la India o Ucrania, país este último al que he querido que se destinase una colecta extraordinaria convocada el pasado mes de abril entre las Iglesias de Europa".

Refiriéndose luego a la situación de las Iglesias siromalabares y siromalankares en la India, señaló que la reflexión llevada a cabo en la asamblea de Roaco hacía esperar que se pudiera proceder según las indicaciones de los anteriores pontífices respetando el derecho de cada uno, sin espíritu de división y favoreciendo, en cambio, la comunión en el testimonio del único salvador Jesucristo.

"Esa comunión, en todas las partes del mundo donde los católicos latinos y orientales viven lado a lado, necesita las riquezas espirituales de Oriente y Occidente, a las que pueden acceder las nuevas generaciones de sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral, como decía san Juan Pablo II: "Las palabras de Occidente necesitan las palabras de Oriente para que la Palabra de Dios manifieste cada vez mejor sus insondables riquezas. Nuestras palabras se unirán para siempre en la Jerusalén del Cielo, pero invocamos y queremos que ese encuentro se anticipe en la santa Iglesia que aún camina hacia la plenitud del Reino".

Francisco se despidió de los miembros de Roaco pidiéndoles que rezasen por él ya que dentro de pocos días irá como peregrino a una tierra oriental, Armenia, "la primera entre las naciones que acogió el Evangelio de Jesús".+