Viernes 19 de abril de 2024

El Milagro llega a su fin con la renovación de las promesas

  • 15 de septiembre, 2015
  • Salta (AICA)
El solemne triduo al Señor y a la Virgen del Milagro continuó el lunes 14 con la fiesta de la Exaltación de la Cruz, presidida por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández. Esta tarde, desde las 15, miles de fieles saldrán por las calles de Salta para renovar su pacto de fidelidad al Señor del Milagro.
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El solemne triduo al Señor y a la Virgen del Milagro continuó el lunes 14 con la fiesta de la Exaltación de la Cruz, presidida por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, quien viajó especialmente para acompañar el fervor de los miles de fieles del Noroeste Argentino que se movilizan por estos días hacia la capital salteña.

La celebración presidida por el obispo jujeño anticipó la multitudinaria convocatoria de la tarde de este martes 15 de septiembre. La concentración de instituciones y fieles para la procesión está prevista para las 15, y media hora más tarde comenzará el recorrido piadoso por el centro de la ciudad con la cruz primitiva, la Virgen de las Lágrimas, y la Virgen y el Señor del Milagro. Todo concluirá con la renovación del pacto de fidelidad del Pueblo de Dios.

Monseñor Fernández reflexionó en su homilía sobre el sentido de la cruz en la obra redentora de Jesús. Dijo que ella es "un trono" para el Señor, que venció en ella el pecado y la muerte, no al modo humano, sino en un misterioso modo divino.

Para el celebrante, lo más hermoso del misterio divino es que, en su sufrimiento, Cristo continuaba amando. "Su corazón se dilataba para que su misericordia abrazara a toda la humanidad, a cada uno de nosotros y de todos los hombres", dijo el prelado.

El obispo jujeño también afirmó que Jesús, en toda su vida terrenal, no hizo más que humillarse y abajarse por amor al hombre: "Pensemos que en se abaja sobre todo en la Encarnación, pero también en Belén, en el destierro, en toda su vida pública, al lavar los pies a sus discípulos, en su condena, en su humillación, en su flagelación; siempre se humilla, se abaja".

Monseñor Fernández aseveró que la pasión de Cristo continúa, porque Él sigue pasando con su cruz al lado de los hombres. Sostuvo que, frente a la cruz salvadora, "hoy podemos renacer todos de este amor y nacer de nuevo a una vida entregada, más comprometida, más llena de amor hacia Dios y hacia nuestros hermanos".

"¡¿Cómo no devolver tanto amor al Señor, al Señor que anda con amor buscando el amor de un pueblo?! Hoy, experimentando el mal del mundo, comprendemos que nuestras heridas han sido amadas. En Él podemos amar nuestras heridas transfiguradas. Y desde Él podemos besar y abrazar las heridas de nuestros hermanos sufrientes", dijo el obispo.

Monseñor Fernández concluyó exhortando a besar la cruz del Señor, como sucede en esta celebración litúrgica, pidiendo especialmente al Señor un encuentro para siempre entre "nuestra miseria y su misericordia".

Junto con el obispo jujeño, concelebraron el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, y el obispo de Orán, monseñor Gustavo Zanchetta.+

Texto compelto de la homilía