Viernes 29 de marzo de 2024

El empleo precario y el subempleo inestable, problemas argentinos

  • 12 de julio, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
Entre 2007 y 2011, el porcentaje de población económicamente activa con empleo pleno de derechos pasó de 46,3% a 44,8%, la desocupación de 9,3% a 9,1%, el empleo precario de 37,1% a 34,9% y el subempleo inestable de 7,3% a 11,2%, revela el informe sobre "Satisfactores Laborales y de Protección Social", elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina. También se advierte que la alta rotación entre períodos de empleo y desocupación continúa siendo "preocupante", dado que en el período de estudio el porcentaje de activos que no tuvo continuidad laboral en el último año se incrementó del 21,7% al 23,5%. Este estudio forma parte del Barómetro de la Deuda Social Argentina 2012: "Asimetrías en el desarrollo humano y social (2007/2010-2011). Progresos económicos en un contexto de vulnerabilidad persistente", que se presentará el próximo jueves 19 de julio a las 18.30 en el Auditorio San Agustín (avenida Alicia Moreau de Justo 1300, subsuelo, Puerto Madero)
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Entre 2007 y 2011, el porcentaje de población económicamente activa con empleo pleno de derechos pasó de 46,3% a 44,8%, la desocupación de 9,3% a 9,1%, el empleo precario de 37,1% a 34,9% y el subempleo inestable de 7,3% a 11,2%, revela el informe sobre "Satisfactores Laborales y de Protección Social", elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.

Este estudio forma parte del Barómetro de la Deuda Social Argentina 2012: "Asimetrías en el desarrollo humano y social (2007/2010-2011). Progresos económicos en un contexto de vulnerabilidad persistente", que se presentará el próximo jueves 19 de julio a las 18.30 en el Auditorio San Agustín (avenida Alicia Moreau de Justo 1300, subsuelo, Puerto Madero).

Participarán del acto el rector de la UCA, presbítero Víctor Manuel Fernández, Agustín Salvia, Ernesto Kritz, Daniel Sabsay y Beatriz Balian de Tagtachian.

Según el informe, se evidencian de este modo la persistencia de un sector informal (que en 2011 alcanzó al 48,2% de los ocupados), la heterogeneidad de la estructura productiva y las limitadas posibilidades de acceso a un trabajo decente. En el marco de un mercado de trabajo segmentado, para el conjunto de los ocupados la marginalidad laboral afectó principalmente a los integrantes del hogar que no son jefes, los jóvenes y los adultos mayores, los habitantes de villas o asentamientos precarios, los residentes en el Gran Buenos Aires y los que no culminaron los estudios secundarios.

La alta rotación entre períodos de empleo y desocupación continúa siendo preocupante. Entre 2007 y 2011 el porcentaje de activos que no tuvo continuidad laboral en el último año se incrementó del 21,7% al 23,5%. Entre los trabajadores ocupados se sostuvo la tendencia a demandar más horas de trabajo. Como posible consecuencia de los bajos ingresos horarios y de trabajos a tiempo parcial involuntarios, entre 2007 y 2011 el porcentaje de ocupados que expresaron su necesidad de trabajar más horas sólo disminuyó de 22,2% a 21,4%.

Las condiciones laborales no satisfactorias para el trabajador determinaron que el porcentaje de ocupados que desean cambiar de trabajo pase de 24,5% a 26%, entre 2007 y 2011.

A pesar de las campañas para promover la registración laboral, el porcentaje de ocupados que no realizaba o no le realizaban aportes al Sistema de Seguridad Social disminuyó solamente, entre 2007 y 2011, de 46,6% a 45,9%. Dentro del grupo de asalariados se redujo en forma importante el no registro laboral (32,3% a 28,3%) pero aún perduró en forma elevada entre los no asalariados. Las inserciones de baja calidad en las actividades por cuenta propia determinaron que el 70,7% de los trabajadores asalariados no realizaran sus aportes jubilatorios.

La falta de participación de los trabajadores en el Sistema de Seguridad Social no sólo se encontró ampliamente extendida sino que se presentó asociada a un factor estructural como es la inserción sectorial, siendo esto independiente de las características sociodemográficas, educativas e, incluso, socioeconómicas que puedan presentar los trabajadores.

La falta de participación en el Sistema de Seguridad Social condicionó el acceso a la cobertura de salud y limitó la asistencia médica de algunos trabajadores a los servicios brindados por el sistema público.

Entre 2007 y 2011 sólo disminuyó de 36,8% a 30% el porcentaje de ocupados que carecían de cobertura de salud proveniente de obra social, mutual o prepaga; independientemente si esta cobertura se originaba en forma personal o familiar. Por otra parte, la falta de afiliación sindical de los asalariados disminuyó pero aún sigue siendo elevada. Entre 2007 y 2011 pasó de 62,6% a 56,3% del total de asalariados.

Más información www.uca.edu.ar/observatorio .+