Jueves 18 de abril de 2024

Concordia acompañó la ordenación de tres sacerdotes

  • 13 de diciembre, 2012
  • Concordia (Entre Ríos) (AICA)
La comunidad de fieles de la diócesis de Concordia acompañó a los diáconos Cristian Arévalo, Pablo Méndez y Pedro Todone en la celebración eucarística en la que el obispo diocesano, monseñor Luis Armando Collazuol, los elevó al orden presbiteral. El obispo les observó que "para el mundo secularizado, el sacerdote será siempre un signo de contradicción", aunque "un signo al fin". Los tres consagrados continuarán su tarea pastoral en las comunidades asignadas en el tiempo que sirvieron como diáconos.
Doná a AICA.org
La comunidad de fieles de la diócesis de Concordia acompañó a los diáconos Cristian Arévalo, Pablo Méndez y Pedro Todone en la celebración eucarística en la que el obispo diocesano, monseñor Luis Armando Collazuol, los elevó al orden presbiteral.

En una ceremonia celebrada en el gimnasio del Colegio Nuestra Señora de los Ángeles el viernes 7 de diciembre, y con un gran número de sacerdotes presentes, monseñor Collazuol impuso las manos sobre los tres jóvenes, provenientes de comunidades parroquiales de la jurisdicción eclesiástica.

Según dieron a conocer desde el obispado, los tres neosacerdotes permanecerán momentáneamente asistiendo pastoralmente a las mismas comunidades a las que estaban dedicados desde su ordenación diaconal. En el caso de Cristián Arévalo, su tarea se desarrollará en la parroquia Santa Rosa de Lima, de Federal; Pablo Méndez continuará en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, de Concordia, y Pedro Todone estará hasta nueva disposición del obispo en la parroquia de los santos Justo y Pastor, de la ciudad de Colón.

Homilía del obispo
Monseñor Collazuol recordó que "el Señor hace este regalo en la víspera de la celebración de la Inmaculada Concepción de María Santísima", y afirmó que la Virgen "está presente en el corazón de Cristian, Pedro y Pablo desde muy pequeños", al referir que en sus propias familias recibieron la fe y el acompañamiento en el descubrimiento, discernimiento y maduración de su vocación.

El obispo recordó que, por la sagrada ordenación, los presbíteros son constituidos "colaboradores" del ministerio apostólico "para anunciar y realizar por el mundo entero la obra de la salvación", y para que, por su predicación, y con la gracia del Espíritu Santo, la palabra del Evangelio dé fruto en el corazón de los hombres y llegue hasta los confines del orbe". Agregó, a su vez, que junto al obispo, los nuevos sacerdotes serán "fieles dispensadores" de los misterios de Dios, para que su pueblo "se renueve con el baño del nuevo nacimiento y se alimente del altar, para que los pecadores sean reconciliados y sean confortados los enfermos".

El prelado también valoró que la ordenación de los tres sacerdotes llegue en medio del Año de la Fe convocado por el Santo Padre Benedicto XVI. "A la fe se ordena el ejercicio de este ministerio: anunciar y realizar la obra de la salvación. ¡Habrá mucho para hacer, pero siempre en Cristo, desde Cristo y para Cristo!", expresó monseñor Collazuol.

El obispo también observó que "para el mundo secularizado, el sacerdote será siempre un signo de contradicción" aunque "un signo al fin". "Cuando su vida es santa, generosa, misionera, el sacerdote muestra una realidad distinta de aquello tras lo cual corremos fatigosamente cada día, y su ser y su hacer se convierten en un signo del Reino de Dios que Jesús ha sembrado entre nosotros".

"¡Que en los gestos, la mirada, las palabras de ustedes, queridos Cristian, Pedro y Pablo, los demás puedan percibir a Dios, y puedan decir que ?éste vive con Cristo?!", deseó monseñor Collazuol.

"Cristian, Pedro, Pablo ?les dijo el obispo en un momento-, hoy son consagrados para formar una nueva familia. Seguirán hallando nuevos hermanos en las comunidades, y de un modo especial en los hermanos presbíteros. Jesús exigió a sus discípulos el abandono de todo pero no los llamó al aislamiento. La nueva familia de discípulos, a la que consagran sus vidas, es signo del Reino que irrumpe".

Finalmente, el obispo pidió a todos que "recen y colaboren con sus sacerdotes", por los seminaristas y por las nuevas vocaciones.
"¡María, Madre Inmaculada de la Concordia, protege a tus hijos sacerdotes! ¡Alcánzanos la bendición de Jesús a cuantos hoy nos hemos reunido en la alegría y la esperanza de la familia sacerdotal que crece!", rezó el obispo.

Reseñas de los nuevos sacerdotes
Cristian Andrés Arévalo. Nació el 4 de febrero de 1985 en la ciudad de Concordia, en el seno de la familia formada por Daniel Salvador Arévalo y Olga Isolina Almeida. Bautizado el 21 de abril de 1985, recibió su primera comunión el 12 de noviembre de 1995 y la confirmación el 7 de noviembre del 2002.

Terminados sus estudios secundarios, ingresó en el 2004 al entonces Seminario San José, en la ciudad de Concordia, y realizado los primeros años de formación filosófica, se trasladó al Seminario Arquidiocesano de Paraná para cursar los estudios teológicos.

De su misión se destaca la pastoral vocacional, el acompañamiento al barrio Mosconi, al hospital San Martin y a la capilla Nuestra Señora de la Esperanza.

Con 27 años, fue ordenado diácono en Concordia el 8 de junio por monseñor Collazuol, y su ministerio se desarrolló desde entonces entre la comunidad de la parroquia Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Federal.

Pablo Andrés Méndez. Nació el 6 de julio de 1978 en la ciudad de Goya, provincia de Corrientes. Hijo de Ricardo Méndez y Ramona Lorenza Aranda, es el mayor de cinco hermanos. Bautizado el 8 de julio de 1979 en la capilla San Ramón Nonato (fundada por el entonces párroco de la iglesia catedral de Goya, monseñor Ricardo Rösch, quien sería más tarde el primer obispo de Concordia). En esta misma comunidad recibió su primera Comunión y la confirmación. En 1995 ingresó al Seminario Menor San Carlos Borromeo y en febrero de 1998 comenzó sus estudios filosóficos en el Instituto Santo Toribio de Mogrobejo, dependiente del Seminario Mayor.

Méndez interrumpió sus estudios en 2004, cuando conoció la espiritualidad del carisma de la Unidad del Movimiento de los Focolares, el cual lo movilizó a vivir la experiencia en la ciudadela de O´Higgins, provincia de Buenos Aires. En 2007 partió a Italia para continuar sus estudios sacerdotales en la escuela sacerdotal del movimiento. Un año más tarde se trasladó a Roma para vivir en el centro internacional de los seminaristas diocesanos que adhieren a los Focolares.

Méndez llegó a la diócesis de Concordia a fines de 2009, y fue recibido por la comunidad de Nuestra Señora de Pompeya. Culminó sus estudios teológicos en el Seminario Mayor de Paraná y regresó para asistir en la comunidad San Rosa de Lima, de Federal, donde fue ordenado diácono el 23 de marzo del 2011.

Desde agosto de 2012 desempeña su ministerio en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de Concordia. En la actualidad, es asesor diocesano de las áreas "Aspirantes y Juveniles" de la Acción Católica.

Pedro Jorge Todone. Nació y fue bautizado en la ciudad de Chajarí, Entre Ríos, pero a los 7 años se trasladó a Los Charrúas, localidad donde recibió la primera comunión y la confirmación. La adolescencia lo encontró radicado, junto a su familia, en la ciudad de Concordia. Integró el grupo de jóvenes de Acción Católica de la parroquia Inmaculada Concepción y simultáneamente visitaba un asilo de ancianos junto a la pastoral de la salud; además de ser animador de un grupo de infancia misionera en el barrio Lamadrid, con miembros de la misma parroquia.

En 2002 comenzó un camino de discernimiento vocacional que lo impulsó a ingresar al seminario, luego de haber obtenido el título de Técnico en Alimentos. En febrero de 2004 ingresó al Seminario diocesano San José.

Durante los estudios filosóficos colaboró con la pastoral vocacional, luego con la catequesis y pastoral misionera, y más tarde, acompañando grupos de jóvenes de la comunidad Sagrado Corazón.

Cursó sus estudios teológicos en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, donde tuvo como apostolado visitar el Hospital San Martin. También colaboró con la catequesis en los grupos juveniles y en las comunidades Santo Domingo Savio, San Francisco de Borja y Nuestra Señora de Fátima.

Terminado sus estudios superiores, fue enviado a la comunidad Inmaculada Concepción, de Federación, hasta su ordenación diaconal, cuando recibió como nuevo destino pastoral la parroquia de los santos Justo y Pastor, de la ciudad de Colón.+