Viernes 19 de abril de 2024

"Como la Virgen, tenemos que ser una morada digna de Jesús"

  • 11 de diciembre, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa de la fiesta de la Inmaculada Concepción en la Gruta de la Virgen de Lourdes, ubicada en el puerto marplatense, en la que más de cien niños tomaron su segunda comunión. Allí, el prelado explicó de manera didáctica la Historia de la Salvación y graficó a María como "una morada muy linda" para Jesús, y exhortó a la feligresía presente a ser "una morada digna de Jesús".
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El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa de la fiesta de la Inmaculada Concepción en la Gruta de la Virgen de Lourdes, ubicada en el puerto marplatense, en la que más de cien niños tomaron su segunda comunión. Allí, el prelado explicó de manera didáctica la Historia de la Salvación y graficó a María como "una morada muy linda" para Jesús. Siguiendo esta idea, exhortó a la feligresía presente a ser "una morada digna de Jesús".

En ocasión de la comunión de niños y niñas de la ciudad balnearia, monseñor Marino dedicó unas palabras alusivas a ellos: "Hoy estamos de fiesta por el día de nuestra madre y también es un día especial para estos chicos y chicas; es una gran alegría para mí contemplar que llevan estos trajes de fiesta, para recibir de manera solemne esta segunda comunión".

Luego, el prelado explicó el dogma de la Inmaculada Concepción: "Jesús quiso venir a este mundo para salvarnos del pecado de nuestros primeros padres. Al pecar se rompió la amistad con Dios, y desde entonces los hombres estamos como tironeados entre lo que sabemos que es verdad y nuestras inclinaciones desordenadas, hacia el mal".

"Para remediar todo esto ?continuó el obispo-, Dios Padre envió a su hijo Jesús, para hacerse uno de nosotros. Para habitar entre nosotros, el Señor quiso preparar una morada, una casa muy linda, de apariencia modesta por fuera, pero bellísima por dentro; esa morada es la Virgen María".

Monseñor Marino explicó que "desde el primer instante de su existencia, su concepción, María quedó liberada del pecado que todos nosotros contraemos", porque "Dios quiso venir a habitar en una casa sin mancha alguna".

Dirigiéndose especialmente al centenar de niños que estaban a su frente, les explicó que "Jesús también quiere venir a habitar entre nosotros, y quiere encontrar un corazón limpio y bien dispuesto en nuestro trato con el prójimo, y así enseñarnos a no ser indiferentes ante los demás, sino solidarios". "También quiere enseñarnos a conocer, respetar y querer su Creación y sobre todo enseñarnos a amar al prójimo como a nosotros mismos", destacó.

Para el prelado, el sábado 8 fue "día de fiesta, y día para ser fieles a Jesús la vida entera". " Estamos ante la gruta de la Virgen, ella nos mira con amor, y mirándola entendemos que tenemos que ser también nosotros, una morada digna de Jesús. Tenemos que preparar nuestro corazón para que Jesús nazca y se quede siempre con nosotros", explicó.

"Esa es la mayor felicidad que puede tener un hombre mientras dura esta peregrinación por la vida", resaltó el pastor de la Iglesia Católica de Mar del Plata.

Finalmente, monseñor Marino expresó con énfasis: "Queridos chicos, yo los quiero mucho a ustedes; como un padre que mira a sus hijos pequeños, los miro con gran esperanza e ilusión de que ustedes van a tomar la lámpara de la fe, para que los ilumine durante toda su vida".

Los niños que tomaron su segunda comunión pertenecían a la parroquia y colegio Sagrada Familia, la parroquia Nuestra Señora del Carmen, el Colegio Huincó Monseñor Enrique Rau y el Instituto San Alberto. Los acompañaron sus familiares y los catequistas de las comunidades e instituciones educativas.+