Miércoles 24 de abril de 2024

Card. Poli: "No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana"

  • 10 de abril, 2018
  • Buenos Aires (AICA)
Con una ceremonia presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, se realizó el 9 de abril en la catedral metropolitana una nueva edición del "Rosario por la Vida".
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El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió el 9 de abril en la catedral metropolitana una nueva edición del "Rosario por la Vida". La iniciativa comenzó en Buenos Aires en 2004 y se realiza cada año en el marco de la solemnidad de la Anunciación del Señor y del Día del Niño por Nacer.

La piadosa oración a la Virgen María, para pedir por la vida desde la concepción hasta la muerte natural, lleva ya 14 años ininterrumpidos de realización y en esta ocasión se sumaron otras diócesis argentinas.

La ceremonia comenzó con la bendición de embarazadas y niños. A continuación, la soprano Haydeé Dabusti cantó el Ave María mientras un grupo de niños con capacidades diferentes y embarazadas acercaron ofrendas florales a los pies de la Virgen. Seguidamente se celebró la Eucaristía presidida por el cardenal Mario Poli y concelebrada por dos sacerdotes y por el rector de la catedral, presbítero Alejandro Russo.

Finalizada la misa, el cardenal Poli expuso el Santísimo Sacramento, y frente a Él comenzó el rezo de los misterios gozosos. Cada decena estuvo a cargo de diferentes grupos de personas, entre ellas embarazadas, jóvenes, niños, familias y un matrimonio adulto.

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En su homilía, el cardenal Poli se centró en el embarazo de María "milagroso por obra y gracia del Espíritu Santo", y afirmó que es "la cátedra de los cristianos, desde donde se enseña la sacralidad de toda vida humana".

A partir del embarazo de María, señaló el purpurado, "los cristianos entendemos que una mujer embarazada se convierte en un santuario de la vida". Contemplando el misterio de la Anunciación, añadió, "confesamos que la vida es el don más bello y verdadero que tenemos los humanos, pero además, es sagrada. La vida es sagrada porque Dios la consideró digna de Su divinidad y la eligió para hacerse presente y quedarse entre nosotros".

El cardenal Poli recordó que "todos los niños del mundo son el objeto de nuestro cuidado, porque sabemos que la vida de los niños corre peligro: el trabajo infantil, el analfabetismo, la trata y prostitución, el matrimonio infantil -aún hoy en América-. La vida, que comienza en el santuario de la vida, de punta a punta debe ser respetada, desde el momento de la concepción hasta su pascua", sostuvo.

El purpurado advirtió además que "se abalanza sobre los niños todo tipo de peligros" y consideró que "nosotros debemos prestar nuestras voces a sus causas, especialmente a los que no tienen voz para defenderse".

"Los cristianos no podemos hacernos los sordos a los gritos de los pequeños inocentes que no pueden ejercer su derecho a la vida y quieren participar de lo que nosotros llamamos ´fiesta de la vida´, sobre todo después de la pascua, porque la vida en términos cristianos es eterna. Así nos regaló Dios en el bautismo este don", continuó.

Recordando las palabras del papa Francisco en Evangelii Gaudium, explicó que "es una cuestión que hace a la coherencia interna de nuestros mensajes sobre el valor de la persona humana y la defensa de la vida", por lo tanto, "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión: la vida es sagrada".

En palabras del Papa, añadió: "Este no es un asunto sujeto a supuestas reformas o modernizaciones. No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana, en cualquiera de sus estadios".
Finalmente, reconoció que "también es verdad que hemos hecho poco para acompañar verdaderamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o un contexto de extrema pobreza".

"¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?", planteó, e invitó a que "mientras defendemos la vida con todas nuestras fuerzas, con toda la sabiduría de la Iglesia", no olvidar las obras de misericordia: "Bajar a las manos lo que predicamos con la boca".+




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