Mons. Canecín rezó junto a los empleados despedidos de Massalin

  • 24 de octubre, 2019
  • Goya (Corrientes) (AICA)
Tras el cierre de la planta fabril de Massalin Particulares

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, presidió el martes 22 de octubre una misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario, a la que asistieron empleados recientemente despedidos al cerrar la planta industrial de la firma tabacalera Massalin Particulares.

La celebración comenzó con el ingreso de una imagen de la Virgen del Rosario, patrona del departamento de Goya. Como signo, los operarios presentaron pan para bendecir, que al final de la misa se compartió entre los presentes. El obispo concentró a la delegación de empleados e impartió en ellos, de parte de Dios, una bendición especial.

En su homilía, monseñor Canecín recordó: “Dice el Señor Jesús, el Hijo de Dios y de la Santísima Virgen María: ‘Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré’”.

“Todos necesitamos venir a Dios. De manera particular, cuando a nivel personal o institucional, como es el caso de los hermanos de Massalin Particulares, tenemos que poner en manos del Señor y descargar en él nuestras preocupaciones con la confianza de que Él nos regalará la paz, el alivio y todas las gracias necesarias”.

El obispo señaló que al celebrar la misa “se actualiza el misterio pascual” y la Iglesia en su pedagogía de madre nos enseña que “la Eucaristía es la cumbre a la que todo se orienta”.

“Qué lindo es que nosotros traigamos a la misa nuestra vida” consideró, porque “la realidad de cada ser humano a Dios le interesa, porque Él es Padre de todos y de cada uno de nosotros”.

En esta celebración “traemos la realidad de esta emblemática empresa, que tiene mucho que ver con la historia y trayectoria de nuestro departamento y ciudad de Goya, por eso, queremos solidarizarnos con ustedes” dijo a los operarios presentes.

En ese sentido, resaltó que “cuando uno sufre, los demás sufren con Jesús y hoy nos condolemos con las circunstancias que están viviendo todos los empleados”.

El obispo aseguró su solidaridad y cercanía, y consideró, como dicen los jóvenes, que hay que “hacer el aguante”. Además, recomendó “orar, siempre orar”.

“Jesús nos enseña que es necesario orar sin desanimarnos jamás, sea cual fuere la realidad personal, familiar o institucional del país o del mundo. La oración es sabiduría de Dios y es fortaleza del hombre”, insistió. Por eso “tenemos que hablar a Dios de nuestras realidades y ponerlas en las manos del Señor”, añadió.

Monseñor Canecín animó a “orar y pedir a Dios, para quien todo es posible, orar con profunda confianza” porque la oración no es “desentenderse de la realidad”, advirtió.

El obispo aconsejó a los operarios de Massalin agotar todas las instancias de diálogo con aquellos que tienen la posibilidad de decidir. Mientras ellos “combaten en la mediación, todos tenemos que poder orar”, sostuvo.

“La auténtica oración cristiana asume la realidad y se la presenta a Dios” y después “nos da la luz, fortaleza y la gracia necesaria para el combate. La vida humana es un verdadero combate y se combate con tantas situaciones o circunstancias en la vida”, reconoció, y alentó a, en medio de esa realidad, “hablar no sólo al hombre sino a Dios”.

Finalmente, aconsejó tener en todas las instancias “siempre una actitud de diálogo, porque el diálogo es la mejor herramienta que la Iglesia siempre propone para todas las circunstancias de conflicto”.
“La oración es proporcional a la fe” concluyó.

Tras el cierre de la planta, 220 empleados que desarrollaban sus tareas en el establecimiento, que tenía una antigüedad de más de 65 años, fueron despedidos, y otras 30 personas serán relocalizadas en la planta de Merlo, en la provincia de Buenos Aires, donde Massalin mudará todas las líneas de producción.+