El obispo de Oberá, en la provincia de Misiones, monseñor Damián Bitar, se mostró preocupado por la situación social de la Argentina, aunque aseguró tener esperanza de un cambio gestado, entre otros factores, por la gracia que ha significado la elección del papa Francisco. Dijo que la llegada del Papa "sorprendentemente renovó" a muchos cristianos alejados de la fe. "Incluso me he encontrado con testimonios de gente casi no creyente que escucha a Francisco y trata de aplicar esas palabras en la vida de la familia".
El obispo de Oberá, en la provincia de Misiones, monseñor Damián Bitar, se mostró preocupado por la situación social de la Argentina, aunque aseguró tener esperanza de un cambio gestado, entre otros factores, por la gracia que ha significado la elección del papa Francisco.
El prelado, oriundo de Arroyo Cabral, Córdoba, dialogó sobre su visión de la actualidad en una entrevista concedida a la prensa de Villa María, adonde volvió este domingo 5 de mayo para participar de la ordenación episcopal e inicio del ministerio episcopal de monseñor Samuel Jofré, sexto obispo de esta diócesis.
Monseñor Bitar señaló que los desafíos pastorales y sociales "son realmente arduos y hermosos". Indicó que en la diócesis de Oberá, creada en 2009, "los porcentajes de indigencia y pobreza son mucho mayores que los que se encuentran en otras zonas del país".
"En este sentido uno vive con mucha preocupación la cuestión social, el tema de la pobreza, las necesidades básicas, la vivienda, en especial porque hay muchas familias numerosas. Veo la situación del país con preocupación. También con esperanza, porque la Argentina ha pasado muchas situaciones y seguimos caminando", confesó.
Consultado sobre la tarea de los gobernantes, consideró que sería mejor contar con más diálogo y apertura: "Uno estima que hacen todo lo que pueden. Me parece que falta más diálogo de los gobernantes con otros sectores de la comunidad que pueden aportar y sugerir ideas para salir de determinadas emergencias que se tienen. Falta más diálogo y apertura para que el partido gobernante dialogue más con diversos sectores".
El prelado también se mostró preocupado por el flagelo de la droga, que consideró unido al problema de la violencia y la falta de trabajo. "Se dice que a un muchacho que cayó en la droga les espera algunas de las tres C, según dicen los que trabajan con ellos: calle, cárcel o cementerio", advirtió.
"Hay un millón de jóvenes que no tienen ni trabajo ni estudio en el país ?interpretó-. En las ciudades grandes eso significa, al no haber una familia sólida, la calle. Y la calle no es buena escuela".
Por otro lado, dijo que la llegada del papa Francisco "sorprendentemente renovó" a muchos cristianos alejados de la fe y de la Iglesia, provocando el regreso de mucha gente a la comunión y a la misa. "Incluso me he encontrado con testimonios de gente casi no creyente que escucha a Francisco, que tiene un lenguaje muy claro y cercano, y trata de aplicar esas palabras en la vida de la familia".
Sobre monseñor Jofré, opinó que "es interesante que sea un hombre joven, de la provincia de Córdoba, con raíces en la región y por lo que dijo quiere trabajar muy cerca de los sacerdotes: creo que se abre una linda etapa para la Diócesis como se abrió para la Iglesia con Francisco".
Monseñor Bitar fue elegido el 8 de octubre de 2008 obispo auxiliar de San Justo. El 8 de diciembre de ese año recibió la ordenación episcopal en la catedral de la Inmaculada Concepción de Villa María de manos de monseñor José Ángel Rovai, obispo de esa diócesis, y monseñor Carlos Baldomero Martini, obispo de San Justo, entre otros.
El 26 de octubre de 2010 fue trasladado a la recientemente creada diócesis de Oberá con motivo del fallecimiento de monseñor Víctor Selvino Arenhardt. Desde ese entonces es el encargado de dirigir una comunidad "con muy pocos sacerdotes nativos", según expresó, y con mayoría de misioneros extranjeros que colaboran con la tarea evangelizadora.
La diócesis se extiende en los departamentos misioneros de Oberá, Cainguás, Guaraní, San Javier y 25 de Mayo. Tiene una superficie de 8.717 kilómetros cuadrados y alrededor de 270.000 habitantes, de los que el 75 por ciento se definen católicos. Cuenta con 17 parroquias, 344 iglesias y capillas, 6 sacerdotes diocesanos, 20 sacerdotes religiosos, 25 diáconos permanentes, 5 seminaristas mayores, y 19 religiosas.+