Mons. Samuel Jofré Giraudo asumió como obispo de Villa María
- 6 de mayo, 2013
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Villa María (Córdoba)
La Iglesia en Córdoba acompañó este domingo 5 de mayo la ordenación episcopal e inicio del ministerio como sexto obispo de Villa María de monseñor Samuel Jofré Giraudo, en una celebración que congregó a una nutrida delegación de sacerdotes, religiosos y fieles laicos de toda la provincia y de otras regiones del país. El obispo emérito, monseñor José Ángel Rovai, llamó a los fieles a recibir con los brazos abiertos al nuevo pastor, a quien le dedicó unas palabras: "Eres servidor del Señor y de su pueblo. Somos servidores de Aquel que con su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección sirvió a la humanidad". El prelado destacó entre sus tareas la promoción de las vocaciones y el trabajo con la pastoral matrimonial.
La Iglesia en Córdoba acompañó este domingo 5 de mayo la ordenación episcopal e inicio del ministerio como sexto obispo de Villa María de monseñor Samuel Jofré Giraudo, en una celebración que congregó a una nutrida delegación de sacerdotes, religiosos y fieles laicos de toda la provincia y de otras regiones del país.
Las actividades de la jornada comenzaron a las 13.30, cuando monseñor Jofré realizó, en la ciudad de Oliva, a 50 kilómetros de la sede episcopal, su profesión de fe y el juramento de fidelidad al Santo Padre, en una ceremonia prescrita para quienes asumen estas funciones y que presidió el cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná. El acto se produjo más precisamente en la esquina de "Los Giraudo", un patio del actual paseo de compras de esa localidad, donde los abuelos del prelado tenían un almacén.
Mientras se desarrollaba el acto de profesión, las delegaciones de fieles de distintas localidades de la provincia y del país llegaban a la explanada de la catedral para unirse al resto de la comunidad que desde temprano aguardaba el comienzo de la celebración eucarística.
A las 16.25, el flamante obispo, acompañado por el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, y el obispo emérito, monseñor José Ángel Rovai, se encaminó al altar montado fuera del templo mayor, donde el representante papal leyó un mensaje de Francisco; acto seguido, el secretario canciller del obispado, presbítero Darío Barrera, leyó la bula que autorizaba a monseñor Jofré a tomar posesión de la cátedra episcopal.
La Eucaristía tuvo como predicador al obispo emérito, quien llamó a los fieles a recibir con los brazos abiertos al nuevo pastor: "Únanse intensamente al obispo Samuel, experimenten plenamente que son pueblo de Dios llamados a compartir y a vivir todo lo que el obispo les brinde".
Además, monseñor Rovai dedicó unas palabras a quien es su sucesor: "Eres servidor del Señor y de su pueblo, como lo recordó también el papa Francisco cuando dijo que el pontífice tiene un poder, pero que éste consiste en servir. Estimado Samuel, somos servidores de Aquel que con su vida, pasión, muerte y resurrección sirvió a la humanidad". Dirigiéndose al clero diocesano, les dijo: "Vivan en plena comunión con el obispo y una fraternidad intensa fruto del sacramento del Orden recibido entre ustedes".
Luego de la liturgia de la Palabra, comenzó el rito de ordenación. Allí, monseñor Jofré se postró con la cabeza al suelo en gesto de completa entrega a la misión encomendada, para luego recibir, por medio de la imposición de las manos del obispo Rovai, la plegaria de ordenación y la unción en la cabeza, la ordenación al estado episcopal.
La liturgia continuó con la entrega del Evangelio, el anillo, la mitra y el báculo al nuevo obispo, a quien se lo invitó a sentarse en la sede, y tras un caluroso aplauso, prosiguió la celebración. Luego, la comunidad, representada por sacerdotes, religiosos y laicos, leyeron unas palabras de bienvenida.
Monseñor Jofré Giraudo agradeció a quienes contribuyeron en la formación de su fe, fundamentalmente a su familia, e invitó a la comunidad a que, mediante la oración, lo acompañen en su ministerio como pastor y servidor de la Iglesia.
Acompañamiento del episcopado argentino
La celebración eucarística contó con la presencia de 21 obispos argentinos. Además del mencionado obispo emérito, monseñor José Ángel Rovai, participaron de la celebración el cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná; monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal, y los prelados cordobeses monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba; monseñor Eduardo Martín, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto; monseñor Gustavo Gabriel Zurbriggen, obispo coadjutor de Deán Funes, y monseñor Daniel Horacio Cavallo, administrador diocesano de San Francisco.
Acompañaron también monseñor Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta; monseñor Carlos María Franzini, arzobispo de Mendoza; monseñor Roberto Rodríguez, obispo de La Rioja; monseñor Damián Santiago Bítar, obispo de Oberá (Misiones); monseñor Gustavo Help, obispo de Venado Tuerto (Santa Fe); monseñor Juan Horacio Suarez, obispo de Gregorio de Laferrere (Buenos Aires); monseñor Adolfo Uriona FDP, obispo de Añatuya (Santiago del Estero); monseñor Marcelo Cuenca Revuelta, obispo del Alto Valle de Río Negro; monseñor Miguel Ángel D´?Annibale, obispo de Río Gallegos (Santa Cruz y Tierra del Fuego); monseñor Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáez Peña; monseñor Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan de Cuyo; monseñor Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero, y monseñor Alberto Bochatey OSA, obispo auxiliar de La Plata.
Asimismo, se hicieron presentes intendentes, legisladores, funcionarios y autoridades civiles y militares de diferentes localidades que comprende la diócesis de Villa María, como así representantes de las iglesias evangélias y la comunidad judía.
Los desafíos del obispo
"El primer objetivo del obispo es la santidad del mismo obispo", reflexionó monseñor Jofré en una entrevista difundida por el obispado de Villa María. En un diálogo con el área de prensa, el prelado destacó entre sus tareas la promoción de las vocaciones y el trabajo con la pastoral matrimonial.
Metido de lleno en su nueva misión, señaló las cualidades a las que está llamado a profundizar: "Ante todo la oración personal, que el obispo sea un hombre de Dios. Otra actitud que se necesita es saber oír, especialmente al clero y a los fieles, y no dejar de enseñar la verdad objetiva con prudencia, delicadeza, valentía y fortaleza. Otra de las actitudes es gobernar, es decir, saber decidir oportunamente con prudencia y sostener esas decisiones con fortaleza".+