Cristianos, llamados a practicar el amor de Cristo

  • 3 de mayo, 2013
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, destacó la práctica del amor que caracteriza a los cristianos y animó a "expandirla por todos lados", en una homilía pronunció este domingo. En este sentido, destacó las cualidades del amor al que están llamados los cristianos: "Se manifiesta en las relaciones humanas de una forma diferente, ama siempre, pone la otra mejilla y supera toda forma de devolución y medida".
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, destacó la práctica del amor que caracteriza a los cristianos y animó a "expandirla por todos lados", en una homilía pronunció este domingo. El prelado señaló que Jesús, a través las lecturas correspondientes al quinto domingo de Pascua, habla de su glorificación "como una realidad ya presente y vinculada a su pasión". Expresó que "la pasión, el sufrimiento y la muerte constituyen el comienzo del camino a la glorificación". En el evangelio según San Juan, Jesús exhorta a los apóstoles a ser testigos de la fe en el amor, diciéndoles: "Ámense los unos a los otros como yo los he amado". En este sentido, el obispo dijo que el amor divino es la "fuerza maravillosa" que sustenta la tarea de la Iglesia, y destacó sus cualidades: "Proviene de Cristo, se manifiesta en las relaciones humanas de una forma diferente, ama siempre, pone la otra mejilla y supera toda forma de devolución y medida". "Este amor es el secreto de la misión de los Apóstoles. Y este amor, sin embargo, no los libra de las tribulaciones ?hizo notar-. Porque los que verán la gloria del Cordero son los cristianos que vienen de la tribulación, de los trabajos del mundo, de sus tentaciones, de sus caídas, pero que animados por la fe, participarán de la gloria del Cordero". "Tengamos presente que con su muerte y resurrección, Jesús ha santificado el dolor y la muerte, pero no los ha eliminado", recordó monseñor Martorell, a la vez que añadió: "Será necesario para todos los cristianos practicar este tipo de amor y expandirlo por todos lados. Será necesario llevarlo primeramente a nuestro hogar, vivirlo especialmente entre padres e hijos, llevarlo al trabajo, a la diversión o al dolor, al mundo de la política y a todo el quehacer del hombre". "Solamente el amor de Dios podrá salvarnos y darnos una nueva forma de vida", concluyó el obispo.+ Texto completo de la homilía