El arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, exhortó a los jóvenes de la arquidiócesis a no tener miedo "de proclamar y anunciar en toda circunstancia el evangelio de la cruz. No tengan miedo inclusive de ir contra corriente. Porque, como nos dice San Francisco de Asís, no hay que preocuparse tanto de luchar contra las tinieblas del mal, cuanto de encender luz del bien, para que las tinieblas del mal huyen asustadas". "El mejor modo de vivir esta Semana Santa es unirnos a su pasión, muerte y resurrección, mirando a Jesucristo que viene a nosotros, nos salva y es nuestra esperanza. Es un tiempo para subir, y aprender a vivir la misericordia; es decir ser humildes de corazón para recibir el perdón y perdonar a los demás. Dios no se cansa de ser misericordioso, nos dice el papa Francisco. Somos nosotros que nos cansamos de pedir la misericordia", destacó en la misa del Domingo de Ramos, oportunidad en que se celebró la Jornada de la Juventud en esta jurisdicción arquidiocesana.
La misa del Domingo de Ramos se celebró con los jóvenes de la arquidiócesis de Rosario, en adhesión a la Jornada Mundial de la Juventud.
La Pastoral de Juventud reunió a cientos de jóvenes de parroquias y movimientos, que participaron de la bendición de ramos, y luego caminaron cantando hasta llegar al altar para participar en la misa que presidió el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, en la explanada de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y luego en un prolongado tiempo de adoración.
En la homilía, el prelado recordó a los jóvenes que la prioridad es "aprender a ser fieles y a llevar la cruz, y estar cerca de los que sufren, de los necesitados, de los enfermos, y de los que sobrellevan tantos pesares compartiendo la cruz del Señor".
"No tengamos temor de proclamar y anunciar en toda circunstancia el evangelio de la cruz! ¡No tengan miedo inclusive de ir contra corriente! Porque, como nos dice San Francisco de Asís, no hay que preocuparse tanto de luchar contra las tinieblas del mal, cuanto de encender luz del bien, para que las tinieblas del mal huyen asustadas", subrayó.
Monseñor Mollaghan sostuvo que "el mejor modo de vivir esta Semana Santa es unirnos a su pasión, muerte y resurrección, mirando a Jesucristo que viene a nosotros, nos salva y es nuestra esperanza. Es un tiempo para subir, y aprender a vivir la misericordia; es decir ser humildes de corazón para recibir el perdón y perdonar a los demás. Dios no se cansa de ser misericordioso, nos dice el papa Francisco. Somos nosotros que nos cansamos de pedir la misericordia".
Texto completo de la homilía