Los Papas que renunciaron al Pontificado
- 11 de febrero, 2013
-
Ciudad del Vaticano
El último Papa en renunciar fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, que dimitió en 1515, dos años antes de morir. Los otros casos de renuncia al pontificado fueron los de Benedicto IX, elegido en el 1032, el papa Gregorio VI (1044-46) y Celestino V, que renunció en 1294 al declararse carente de experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia.
El último Papa en renunciar fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, que dimitió en 1515, dos años antes de morir.
Los otros casos de renuncia al pontificado fueron los de Benedicto IX, elegido en el 1032, el papa Gregorio VI (1044-46) y Celestino V, que renunció en 1294 al declararse carente de experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia.
Benedicto XVI ya explicó en ´Luz del mundo´ en 2010 que un Papa puede dimitir "en un momento de serenidad, no en el momento del peligro".
En el mismo documento, señaló que notaba cómo sus fuerzas iban disminuyendo y temía que el trabajo que conllevaba su misión "sea excesivo para un hombre de 83 años".
La historia de las dimisiones
Dejando de lado el caso oscuro del papa Marcelino (296-308), y la renuncia aún más dudosa del papa Liberius (352-366)que algunos historiadores citaron para resolver la posición perpleja del papa Felix II, podemos mencionar abdicaciones incuestionables.
El papa Benedicto IX (1033-44), que causó un escándalo a la Iglesia debido a su vida desordenada, renunció libremente al pontificado y tomó los hábitos de monje. El se arrepintió de su abdicación y tomó el trono papal nuevamente por un corto período después de la muerte del papa Clemente II, pero finalmente murió en una circunstancia privada.
Su inmediato sucesor, el papa Gregorio VI (1044-46) brinda otro ejemplo de abdicación papal. Fue Gregorio quien persuadió a Benedicto IX a renunciar al trono de Pedro, y al hacerlo, le otorgó valorables posesiones. Después que Gregorio mismo se convirtió en Papa, para muchos esta transacción era simoníaca, y aunque las intenciones de Gregorio parecían ser las mejores, todavía se consideraba que lo mejor era que debiera abdicar a la dignidad papal, y lo hizo voluntariamente.
El ejemplo clásico de renuncia de un Papa es el de San Celestino V (1294), antes de su elección al pontificado, había sido un simple ermitaño y no se sentía preparado para su repentino ascenso, además se sentía incómodo por su exaltada posición. Después de cinco meses de pontificado, firmó un decreto solemne en el cual declaraba que estaba permitido que el Papa pueda abdicar, y luego renunció igualmente de forma solemne al papado delante de los cardenales.
Vivió dos años después de su abdicación practicando heroicamente las virtudes cristianas, lo que después permitió su canonización. Debido a los problemas que causaron personas de mala fe a su sucesor, Bonifacio VIII, mediante sus teorías acerca de la imposibilidad de una abdicación válida del trono papal, Bonifacio firmó el decreto arriba citado que quedaría para siempre.
El último ejemplo de renuncia es la del papa Gregorio XII (1406-15). Era el tiempo del Gran Cisma de Occidente, cuando dos pretendientes al trono de Pedro disputaban el derecho de Gregorio, y dividieron la fe en tres llamadas "obediencias". Para poner fin a la rivalidad, el Papa legítimo Gregorio renunció al pontificado en la Cancillería General de Constanza en 1415.
Es bien conocido el episodio en el que el papa Pío VII (1800-23) antes de partir hacia París para coronar a Napoleón en 1804, había firmado una abdicación del trono papal para que se lleve a cabo en caso que fuera apresado en Francia.
La abdicación válida de un Papa debe ser un acto libre, por lo tanto, una renuncia obligada del papado sería inválida, como más de un decreto eclesiástico lo ha declarado.+