El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, aseguró que para entrar en la longitud de onda de la lógica de Dios es necesaria "la humildad de aceptar la verdad y de buscarla con sincero corazón. La tentación del hombre de nuestro tiempo, como la de siempre, es la tentación de querer ser Dios, ahora con recursos nuevos. El hombre no acepta el camino que Dios nos señala: el camino de la humildad, el camino de la fraternidad con los hermanos, el camino de la esperanza desde una pobreza que sabe que Dios siempre se nos da y que por eso podemos volver a empezar. En Dios está la clave del destino y del proyecto humano, que es Jesús, la Palabra". Asimismo invitó a pedirle al Señor, en esta Navidad del Año de la Fe, "la gracia la buscar la verdad de lo que somos, la verdad de nuestra familia, la verdad de lo que nos rodea, la verdad de la vida, la verdad de la sociedad, la verdad de todos los hombres. Busquémosla de corazón, porque ella, que es Jesús, nos está buscando, desde el pesebre, i
El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, recordó que "Navidad tiene que ver con la razón de ser de todo lo creado, del mundo, de la humanidad. En Navidad hay una propuesta de parte de Dios, una llamada a nuestra libertad. Navidad es el golpear de Dios a la puerta del corazón humano, invitándolo a que tome en serio la clave de todo lo que existe. Lo que existe no es casualidad, no es caos, no crece por el enfrentamiento sino que responde a un proyecto y la clave de ese proyecto es Jesús".
"La Palabra de Dios tiene la carga de una paradoja; no responde a nuestro esquema ni a nuestra lógica. La lógica de Dios supera profundamente nuestra lógica; no es la lógica del poder, ni del dominio, ni de la de la aniquilación del otro; es la lógica de la fragilidad, del servicio, de la solidaridad, es una Palabra que viene a hacerse niño. Es tan paradojal que vino a los suyos y no la recibieron. En efecto, Jesús nació fuera de los límites de Belén y murió fuera de Jerusalén. Nos cuesta entender esta lógica de Dios", reconoció durante la misa por la solemnidad de la Natividad del Señor en la catedral local.
El prelado sostuvo que "todavía seguimos creyendo que el modo de trascurrir nuestro paso por el tiempo será importante en la medida que brille el poder y el éxito. Y la Palabra que está como llave de nuestro destino nos muestra otra lógica. Podemos acercarnos al Dios que se hace hombre sin miedo o enfrentando el miedo de nuestra libertad".
"Es más fácil ser esclavos que ser hijos. Si somos esclavos podemos acusar a otros de la responsabilidad de lo que sucede y si aceptamos el desafío de ser hijos, todos los días tenemos que crecer en la libertad con la otra cara de la moneda que se llama responsabilidad. Si somos hijos tenemos que crecer en generosidad solidaria, venciendo la tentación de un egoísmo que nos pone como centro pero que nos termina destruyendo", precisó.
El arzobispo salteño indicó que "la Navidad es la fragilidad del Niño en la ternura de un pesebre y tiene la llamada dramática a asumir la libertad, a dejarnos recrear por este Dios capaz de hacer nuevas todas las cosas: nuevo nuestro corazón, nuevo nuestra humanidad. Debemos aprender este modo nuevo de ser persona. Siendo cristianos por el bautismo, aprendemos a serlo cada día en la amistad con este Dios que siempre se ofrece desde la fragilidad del Niño para ser nuestra fortaleza".
Tras preguntar "qué necesitamos para entrar en esta longitud de onda de la lógica de Dios", respondió: "La humildad de aceptar la verdad y de buscarla con sincero corazón. La tentación del hombre de nuestro tiempo, como la de siempre, es la tentación de querer ser Dios, ahora con recursos nuevos".
"El hombre no acepta el camino que Dios nos señala: el camino de la humildad, el camino de la fraternidad con los hermanos, el camino de la esperanza desde una pobreza que sabe que Dios siempre se nos da y que por eso podemos volver a empezar. En Dios está la clave del destino y del proyecto humano, que es Jesús, la Palabra", aseveró.
Por último, monseñor Cargnello invitó a que "en la Navidad del Año de la Fe, pidamos al Señor la gracia la buscar la verdad de lo que somos, la verdad de nuestra familia, la verdad de lo que nos rodea, la verdad de la vida, la verdad de la sociedad, la verdad de todos los hombres. Busquémosla de corazón, porque ella, que es Jesús, nos está buscando, desde el pesebre, invitándonos, esperándonos".+
Texto completo de la homilía