Card. Parolin: el sufrimiento de los ucranianos 'es un insulto a la humanidad'
- 21 de noviembre, 2025
- Roma (Italia) (AICA)
Condenar a civiles a la oscuridad y al frío es una afrenta a Dios y un insulto a la humanidad, declaró el Secretario de Estado de la Santa Sede, al celebrar una misa por las víctimas del Holodomor.
El Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, celebró una misa en la iglesia de San Andrés del Valle de Roma por las víctimas del Holodomor. En su homilía, condenó "todo gesto que prive a los civiles de la posibilidad de una vida digna: Es un insulto a la humanidad", dijo.
En Ucrania, "no hay justificación para obligar a miles de civiles a vivir en la oscuridad y el frío. Nos conmueve profundamente la noticia de los ataques contra centrales eléctricas e instalaciones civiles, que han empeorado aún más la situación de un gran número de personas", condenó el purpurado italiano.
A la misa asistió un numeroso grupo de ucranianos, entre ellos tres adolescentes que habían sido secuestrados por rusos y devueltos a casa y más de 50 embajadores de unas 80 misiones diplomáticas con sede en Roma.
Refiriéndose nuevamente al conflicto con Rusia, Parolin enfatizó que "cualquier gesto que prive a los civiles de la posibilidad de una vida digna es un insulto a la humanidad y un insulto a Dios". También recordó las palabras del papa León XIV a los periodistas el martes por la noche: "Desafortunadamente, cada día muere gente. Debemos insistir en la paz, comenzando con este alto el fuego, y luego entablar un diálogo".
Plan de paz
Tras la misa, en respuesta a las preguntas de los periodistas, el cardenal retomó el tema de la situación actual, refiriéndose al plan de paz de 28 puntos propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump. Expresó su deseo de que se abran "vías de diálogo que permitan poner fin a esta tragedia".

"Será muy difícil encontrar un punto intermedio entre lo que exige una parte y lo que exige la otra. Por lo tanto, me imagino que el camino de la negociación será muy arduo", comentó.
Negociaciones y compromisos
Según él, "Europa debería participar en el proceso de paz y hacer oír su voz, no ser excluida", también porque "ha estado activamente involucrada" en los asuntos de Ucrania hasta ahora.
En cuanto a la cuestión de la transferencia de territorios, "es prematuro" hablar de ello, "también porque será el resultado de las negociaciones", señaló el Secretario de Estado.
"La paz, dijo, solo se logrará cuando ambas partes estén al menos parcialmente satisfechas con el compromiso, porque, en última instancia, habrá que alcanzarlo".
La implicación de la Santa Sede
En cualquier caso, la Santa Sede continúa trabajando activamente en el intercambio de prisioneros y el retorno de los niños ucranianos deportados a Rusia. "Seguimos comprometidos con este ámbito, y me parece que el mecanismo para los niños también se ha reactivado", declaró Parolin.
"Estamos dispuestos a ayudar en este sentido porque creemos que, además de brindar apoyo a quienes sufren, esto crea las condiciones para alcanzar la paz".
Adolescentes actuales que regresaron a Ucrania desde Rusia
Tras la celebración, el embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andriy Jurash, agradeció al cardenal Parolin y reconoció la presencia en la iglesia de San Andrés del Valle de una delegación de cuatro adolescentes ucranianos, de entre 14 y 18 años, que fueron deportados a Rusia al comienzo de la guerra y que ahora han regresado con sus familias. También reconoció a tres mujeres presentes entre los participantes, describiéndolas como "heroínas de resistencia y dignidad": han demostrado "fortaleza y una determinación extraordinaria", afirmó.

El Holodomor: un horror nacido del odio y el abuso de poder
En su homilía, el cardenal Parolin recordó también la tragedia del Holodomor, que se cobró la vida de millones de hombres, mujeres y niños. "No fue la naturaleza la que causó este horror, sino el odio, la injusticia, la indiferencia y el abuso de poder", afirmó. Sin embargo, en este año jubileo, añadió, queremos renovar la esperanza "por las víctimas de ayer, por quienes sufren hoy, por una nación que anhela la paz, la libertad y un futuro pacífico".
Por lo tanto, hoy, "junto con el pueblo ucraniano, marcado por las heridas históricas y la tragedia de la guerra en curso, estamos llamados a la oración perseverante y a dar testimonio de la fe que perdura, que tiene esperanza, que espera en silencio -pero con fortaleza- la salvación del Señor".+