El Papa inauguró una nueva clínica en el Vaticano para atender a los pobres
- 15 de noviembre, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Bajo la columnata de la Plaza de San Pedro, el nuevo ambulatorio atiende gratis -a unas 10 mil personas sin hogar- sin pedir papeles y facilitan prótesis, anteojos o medicinas.
El papa León XIV inauguró este sábado 15 de noviembre un nuevo centro médico situado bajo la columnata de Bernini. La Clínica San Martín, con dos modernos consultorios equipados con tecnología de punta y un nuevo laboratorio de radiología, permitirá un diagnóstico rápido y asistencia a las personas que viven en la pobreza.
"El Jubileo de la Esperanza es también el Jubileo de los Pobres", señaló el cardenal Konrad Krajewski, limosnero papal y añadió que este tipo de centro permite devolver la dignidad a los pobres.
Mejorar la vida de quienes no tienen nada
El nuevo centro médico del Vaticano, destinado a atender a los más necesitados, utilizará un moderno equipo de rayos X para diagnosticar con rapidez y precisión afecciones que suelen pasar desapercibidas para las personas que viven en la pobreza, como neumonía, fracturas óseas, cáncer, enfermedades degenerativas, cálculos biliares y obstrucción intestinal. La detección precoz permitirá iniciar rápidamente el tratamiento adecuado, lo que contribuirá a mejorar la calidad de vida de "quienes no tienen nada", según explicó un comunicado de la Limosnería Apostólica.

Este domingo 16 se conmemora la 9ª Jornada Mundial de los Pobres, que este año se enmarca dentro de las celebraciones del Jubileo de los Pobres durante el Año Santo. Las celebraciones comenzaron -como señaló el cardenal Krajewski* de una manera muy hermosa: con la inauguración de la Lavandería de San Francisco de Asís en Parma. Este es un lugar donde las personas pobres y sin hogar pueden lavar su ropa y usar las duchas gratuitamente.
Un lugar de hospitalidad y cuidado
La Clínica Madre de la Misericordia lleva diez años funcionando en el Vaticano. Este centro médico, gestionado por el Dicasterio para el Servicio de la Misericordia, ofrece más de 2.000 servicios sanitarios gratuitos al mes, gracias a la labor de 120 voluntarios: médicos, enfermeros y técnicos sanitarios.

Aproximadamente 10.000 personas necesitadas de 139 países reciben asistencia. Hasta la fecha, se prestaron 102.060 servicios médicos a quienes más lo necesitan y se han distribuido 141.200 paquetes de medicamentos, completamente gratuitos. "Por lo tanto, la ampliación de la clínica era muy necesaria", subrayó el limosnero papal.
"Todos reciben lo necesario", subraya el cardenal Krajewski. "Se les realizan pruebas básicas y todos se van con los medicamentos necesarios. Por supuesto, de forma gratuita".
Gracias a las dos clínicas ubicadas bajo la columnata de Bernini, las personas de bajos recursos seguirán recibiendo consultas médicas generales y especializadas, atención odontológica, análisis de sangre y pruebas de imagen, así como prótesis dentales removibles, gafas y audífonos. Los pacientes recibirán directamente los medicamentos que necesiten.
La clínica será utilizada por los pobres y las personas sin hogar
Son lugares de hospitalidad y cuidado que devuelven la dignidad a los pobres que llaman a la puerta del limosnero papal, a los necesitados, "en quienes no vemos a los sin techo ni a los pobres, sino el rostro de Jesús", subraya el cardenal polaco.
Números importantes
El cardenal Krajewski afirma que, durante la visita del Papa, lo que más le impresionó fue la alegría en el rostro de León XIV al enterarse del número de personas que reciben atención: aproximadamente dos mil al mes, además de la posibilidad de obtener todos los medicamentos necesarios de forma gratuita.

"Les extendemos una receta", explicó el limosnero "y entran al Vaticano, donde son recibidos por la Guardia Suiza y los gendarmes, van a la farmacia vaticana, dejan la receta en el mostrador y reciben sus medicamentos sin costo alguno". Krajewski también subraya que este gesto tiene como objetivo que no se sientan excluidos ni inferiores. "Todos tienen derecho, incluso los pobres".
Tras su visita a San Martín, el Papa agradeció a los presentes y miró hacia la ventana del Palacio Apostólico, desde donde reza el Ángelus cada domingo. "Si necesita alguna medicina", dijo el Cardenal con una sonrisa, "¡se la podemos llevar desde aquí!". Tras una carcajada generalizada, el Papa subió a su coche y abandonó este rincón del Vaticano donde todo es para los demás: para los más débiles y olvidados.+