Ordenación diaconal en San Francisco
- 12 de noviembre, 2025
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
Mons. Buenanueva ordenó a Raúl Araya como diácono permanente y reflexionó sobre la Iglesia como "campo y edificio de Dios" y destacó el servicio de los diáconos como signo de Cristo servidor.
En una celebración colmada de fieles, Raúl Araya recibió el orden del diaconado permanente en la catedral de San Francisco. La Eucaristía fue presidida por el obispo, monseñor Sergio Buenanueva, quien dirigió una homilía centrada en las imágenes bíblicas del "campo" y el "edificio de Dios", tomadas de la Primera Carta a los Corintios.
"Ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. (1 Co 3, 9c)", citó el obispo al comenzar su predicación, invitando a los presentes a contemplar la vida de la Iglesia como una obra en manos del Señor. A partir de esa imagen, reflexionó: "Nuestro Dios es sembrador hábil y perseverante; no se desalienta, sigue trabajando y fecundando su campo, nuestra Iglesia."
Monseñor Buenanueva destacó que el "campo de Dios" no se trabaja por pocas manos, sino por "hombres y mujeres, laicos, consagrados, pastores y diáconos, con sus dones, carismas y servicios." En ese marco, subrayó la vocación de Araya, quien "recibirá la gracia del Espíritu Santo para seguir trabajando en el campo de Dios como diácono, signo visible de Cristo, el servidor del Padre."
El obispo se refirió también al camino particular de los diáconos permanentes, que suelen discernir su vocación después de una vida de servicio en la comunidad y en la familia. "La familia, Iglesia doméstica, es también campo de Dios, trabajado por el Padre con la ayuda del Hijo y el Espíritu Santo a través de las manos de los esposos que se convierten en padres y liturgos de la fe para su familia."
Piedras vivas de la Casa de Dios
En su homilía, monseñor Buenanueva agradeció a la Escuela Diocesana para el Diaconado, "puesta bajo el patronazgo de San Francisco de Asís", por el trabajo formativo desarrollado en los últimos años. Recordó también el aporte de la Renovación Carismática, de la que proviene Araya, que "nos ha recordado que el Espíritu derrama sus carismas en la vida de la Iglesia? los más importantes no son los extraordinarios o bulliciosos, sino los ordinarios, humildes y sencillos."
Luego, el obispo retomó la segunda imagen paulina, la del "edificio de Dios", recordando que los cristianos son "piedras vivas" edificadas como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo." Dirigiéndose a Araya, expresó: "Tu tarea artesanal de dejarte edificar por Dios y de sumar tus brazos a la construcción de la casa de Dios, recibe la gracia sacramental del orden como diácono, imagen de Cristo servidor."
Monseñor Buenanueva concluyó su mensaje con un llamado a la conversión y la esperanza: "El Señor no solo está edificando su Iglesia con piedras vivas, sino que también la purifica, una y otra vez, para que sea -como esta catedral- un templo bello, luminoso y espacioso para que quepan todos sus hijos e hijas para la mayor gloria de Dios."
"Que María, san Francisco y los santos asistan a nuestra Iglesia diocesana para que viva con alegría el servicio a los pobres, sobre todo, contagiando la alegría de creer y esperar. Amén."+