El Papa animó a los jesuitas a caminar con Cristo
- 24 de octubre, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
León XIV recibió en audiencia a los superiores mayores de la Compañía de Jesús y los exhortó a "leer los signos de los tiempos con profundidad espiritual" y abrazar lo que promueve la dignidad humana.
"Que el Espíritu Santo los confirme en su vocación y ayude a los miembros de la Compañía de Jesús a discernir nuevas formas de vivir su misión en el mundo de hoy". Este fue el deseo expresado por el papa León XIV, quien recibió en audiencia a los superiores mayores de los jesuitas en el Vaticano, este viernes 24 de octubre.
La época cambiante, señaló León XIV, es un "período marcado por rápidos cambios en las esferas cultural, económica, tecnológica y política". Como resultado, "la inteligencia artificial y otras innovaciones están transformando nuestra comprensión del trabajo y las relaciones, e incluso planteando interrogantes sobre la identidad humana", afirmó.
La tecnología, en particular la IA, "tiene potencial para el florecimiento humano, pero también conlleva riesgos de aislamiento, pérdida de empleo y nuevas formas de manipulación", añadió el Papa. Por lo tanto, la Iglesia debe ayudar a guiar "los desarrollos de forma ética, defendiendo la dignidad humana y promoviendo el bien común". "Debemos discernir cómo utilizar las plataformas digitales para evangelizar, construir comunidades y desafiar a los falsos dioses del consumismo, el poder y la autosuficiencia", recomendó.
El Papa lamentó, además, que "los sistemas políticos a menudo no responden al clamor de los pobres; el populismo y la polarización ideológica profundizan las divisiones dentro y entre las naciones. Muchos se ven afectados por el consumismo, el individualismo y la indiferencia".
Sin embargo, recalcó que "en este mundo, Cristo sigue enviando a sus discípulos". Y la Compañía de Jesús "ha estado presente desde hace mucho tiempo allí donde las necesidades de la humanidad se encuentran con el amor salvador de Dios: mediante el acompañamiento espiritual, la formación intelectual, el servicio a los pobres y el testimonio cristiano a través de las fronteras culturales", indicó el obispo de Roma.
Siguiendo los pasos de San Ignacio de Loyola
Inspirándose en la figura de San Ignacio de Loyola y sus compañeros, quienes "no temían ni a la incertidumbre ni a la dificultad", animó a los jesuitas a ir hacia los márgenes, donde la fe y la razón se cruzan con nuevas culturas y grandes desafíos.
Si Pablo VI declaró: "En toda la Iglesia, incluso en las zonas más difíciles y extremas, en la encrucijada de las ideologías... ha habido y hay jesuitas", es con el mismo espíritu que el papa Benedicto XVI llamó a hombres "dotados de profunda fe, sólida cultura y auténtica sensibilidad humana y social" a servir en estas "fronteras", demostrando "la armonía entre la fe y la razón, y revelando el rostro de Cristo a quienes aún no lo conocen".
En ese marco, el Santo Padre reiteró: "La Iglesia os necesita en las fronteras, ya sean geográficas, culturales, intelectuales o espirituales". Porque estos son "lugares de riesgo, donde los mapas familiares ya no son suficientes", afirmó.
"Como Ignacio y los mártires jesuitas que lo siguieron, están llamados a discernir, a innovar y a confiar en Cristo, vistiendo el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de la justicia y calzados los pies con la prontitud del Evangelio de la paz" (Ef 6,13-15), consideró.
En un mundo desgarrado por el conflicto, la desigualdad y el abuso, "otra frontera esencial reside en la reconciliación y la justicia", aseguró el Papa, recordando que "muchos sufren exclusión y muchas heridas permanecen sin cicatrizar a lo largo de generaciones y pueblos". León XIV también instó a que "la 'globalización de la impotencia' se contrarreste con una cultura de reconciliación, encontrándonos en la verdad, el perdón y la sanación; debemos convertirnos en expertos en reconciliación, convencidos de que el bien es más fuerte que el mal".
El Papa animó a salir al encuentro de las personas en residencias de ancianos, universidades, redes sociales, parroquias y espacios informales donde se reúnen quienes buscan ayuda. También instó a los jesuitas a "comunicar la alegría del Evangelio con humildad y convicción", pero también a "permanecer contemplativos en la acción, arraigados en la intimidad diaria con Cristo", ya que, continuó, "solo quienes están cerca de él pueden guiar a otros hacia él".
Ser un verdadero discípulo "requiere tanto denunciar la injusticia como proponer nuevos modelos basados en la solidaridad y el bien común", planteó.
En este sentido, "sus universidades, sus centros sociales, sus publicaciones y sus instituciones, como el Servicio Jesuita a Refugiados, pueden ser vectores poderosos para promover un cambio sistémico", señaló el Papa. A pesar de los obstáculos o contratiempos, "debemos evitar ceder al resentimiento, caer en la fatiga de la compasión o el fatalismo", añadió. Al contrario, "debemos confiar en el poder transformador del amor de Dios, como la semilla de mostaza que crece hasta convertirse en un gran árbol", afirmó.
León XIV también recomendó que la Iglesia "encuentre y hable el lenguaje de los jóvenes". Es importante, dijo, "crear espacios donde puedan encontrar a Cristo, descubrir su vocación y trabajar por el Reino". La próxima Jornada Mundial de la Juventud en Corea del Sur "será un momento clave para esta misión".
La urgencia de proclamar el Evangelio
Para "sembrar esperanza donde la desesperación parece dominar" y "llevar luz donde reina la oscuridad", el obispo de Roma invitó a los jesuitas a "permanecer cerca de Jesús". Esto, dijo, implica "la oración privada, la celebración de los sacramentos, la devoción a su Sagrado Corazón y la adoración al Santísimo Sacramento". Desde esta base, señaló el Papa, "tendrán la valentía de ir a todas partes: a decir la verdad, a reconciliar, a sanar, a trabajar por la justicia, a liberar a los cautivos. Ninguna frontera estará fuera de su alcance si caminan con Cristo".
"Mi deseo para la Compañía de Jesús es que sepan leer los signos de los tiempos con profundidad espiritual; que acepten lo que promueve la dignidad humana y rechacen lo que la disminuye; que sean ágiles, creativos, perspicaces y siempre en misión".
"Que el Señor los guíe a las fronteras de hoy y más allá, renovando la Iglesia y construyendo un Reino de justicia, amor y verdad", concluyó el Santo Padre.+