Corrientes: misa de acción de gracias por el Jubileo de los Catequistas

  • 7 de octubre, 2025
  • Corrientes (AICA)
"Servir sin esperar reconocimiento es un verdadero acto de amor", dijo el arzobispo Adolfo Larregain, e invitó a los presentes a profundizar su compromiso con la misión catequística y educativa.

La basílica Nuestra Señora de Itatí, en la ciudad de Corrientes, fue epicentro el 5 de octubre del Jubileo de los Catequistas de esta arquidiócesis, quienes compartieron una jornada de fe, gratitud y esperanza, culminando con la celebración de la misa que presidió el arzobispo, monseñor José Larregain OFM.

Participaron también sacerdotes, diáconos, miembros de la vida consagrada, monaguillos y fieles de distintas comunidades, quienes agradecieron por la vocación y el servicio al Pueblo de Dios.

La celebración coincidió además con la XXV peregrinación de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), cuyos integrantes participaron de manera especial, unidos en oración y en espíritu de agradecimiento.

Durante su homilía, monseñor Larregain invitó a los presentes a profundizar en el sentido de la fe y del servicio humilde, tomando como referencia el Evangelio de san Lucas: "Los discípulos suplican a Jesús diciendo: 'Auméntanos la fe'. No piden poder, ni éxito, sino creer mejor", dijo el prelado.

El pastor de la grey correntina destacó que la fe verdadera no se mide por su tamaño, sino por su autenticidad. "Una fe tan pequeña como un grano de mostaza puede mover lo imposible. La fe no es solo un sentimiento, sino una esperanza activa que se traduce en obras concretas", subrayó.


En otro de sus pasajes de la predicación, alentó a los catequistas y educadores a confiar en la fuerza silenciosa de la semilla sembrada: "Cada gesto, cada enseñanza en el corazón de un niño o un joven puede dar fruto abundante en la vida de la Iglesia. Ciencia y fe no se oponen: se enriquecen mutuamente cuando hay apertura sincera a la verdad", agregó, en alusión al papel de la universidad en la integración del saber con la fe.

Servir sin esperar recompensa
Monseñor Larregain reflexionó sobre la fidelidad en la entrega y el valor del servicio gratuito: "Jesús presenta al discípulo como servidor que hace lo que le corresponde, sin buscar recompensas. El seguimiento de Cristo se vive en la gratuidad y en la fidelidad cotidiana como expresión del amor", señaló.

En ese sentido, instó a los catequistas a continuar su misión con humildad, acompañando procesos de fe muchas veces silenciosos, pero profundamente fecundos: "Servir sin esperar reconocimiento es un verdadero acto de amor. En un mundo marcado por el afán del éxito, estamos llamados a ser servidores del Reino y constructores del bien común", enfatizó.

En tanto, Larregain también recordó a Nuestra Señora de Itatí como modelo de fe confiada y servicio generoso: "Ella creyó en la Palabra de Dios y se hizo servidora de todos. A los pies de la Virgen, pedimos fortaleza en la misión y perseverancia para seguir educando en la fe".

Destacó además el valor del caminar juntos como comunidad: "La peregrinación misma es un signo. Venimos a los pies de la Virgen no por mérito, sino para agradecer y pedir fortaleza. Caminar juntos nos enseña que la fe es ponerse en camino".

Al finalizar, monseñor Larregain invitó a los presentes a renovar su compromiso con la misión catequística y educativa.+