Mons. García Cuerva: 'El problema no es el dinero, sino cuando ocupa el lugar de Dios'

  • 23 de septiembre, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo porteño advirtió sobre la "economía de exclusión" y llamó a usar el dinero para el bien común, con austeridad y solidaridad, sin caer en su idolatría ni convertirlo en motivo de vida.

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, advirtió sobre los peligros de una "economía de exclusión" y de la idolatría del dinero, al reflexionar este domingo sobre las lecturas bíblicas que denuncian la corrupción y la injusticia social.

Inspirado en el profeta Amós, el prelado recordó que ya en el siglo VIII a.C. se denunciaban las especulaciones y el falseamiento de las balanzas para aumentar las ganancias de unos pocos a costa de los más pobres.

"Amós hablaba de quienes compran a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y nos interpela hoy, en una realidad que sigue marcando desigualdades", señaló.

Monseñor García Cuerva destacó que el Evangelio también invita a revisar las pequeñas deshonestidades cotidianas: "El que es deshonesto en lo poco, lo será en lo mucho", dijo citando a Jesús, para advertir que la corrupción no sólo afecta a las altas esferas sino también a los gestos de cada día.

La necesidad del dinero
El arzobispo porteño subrayó que no se trata de predicar contra el dinero, sino de darle su justo lugar. "Lo necesitamos para una educación de calidad, para que nuestros abuelos tengan una buena jubilación, para evangelizar y para vivir dignamente. Soñamos con que todos puedan vivir bien, no con que todos vivan mal y sin dinero. El problema es cuando el dinero pasa a ser el motivo de nuestra existencia y ocupa el lugar de Dios", remarcó.

En esta línea, llamó a "hacer llegar el Evangelio al bolsillo", vivir con austeridad y solidaridad, y no caer en la "globalización de la impotencia", que lleva a creer que nada puede cambiar.

Finalmente, monseñor García Cuerva invitó a rezar por las autoridades y por todo el pueblo argentino, para seguir creyendo que "una vida digna y una sociedad de hermanos es posible".+