Mons. Lozano: 'Los mensajes incómodos buscan despertar una conversión ecológica'
- 7 de septiembre, 2025
- San Juan (AICA)
En su reflexión semanal, el arzobispo invitó a mirar con sinceridad la relación con el mundo y a asumir con responsabilidad los desafíos que plantea la crisis ecológica.

En su reflexión semanal, el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, invitó a mirar con sinceridad la relación con el mundo que habitamos y a asumir con responsabilidad los desafíos que plantea la crisis ecológica. "No es fácil escuchar estos mensajes; nos interpelan en lo profundo, nos sacan de la comodidad y nos llaman a cambiar estilos de vida y hábitos de consumo", afirmó.
El prelado advirtió que el Tiempo de la Creación, que la Iglesia celebra cada septiembre, trae consigo "mensajes que perturban, que obligan a mirar en serio nuestras acciones cotidianas". Y añadió: "Revisar el propio estilo de vida puede resultar incómodo, porque implica confrontar hábitos arraigados y reconocer nuestra complicidad en el deterioro ambiental. Te pido disculpas por incomodarte, pero no andamos bien; y algo tenemos que hacer".
La creación
Fundamentando su mirada en la fe cristiana, el arzobispo sanjuanino recordó que "Cristo es el Primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas".
En este sentido, subrayó que la naturaleza "no es un simple telón de fondo de la historia humana, sino un ser vivo que participa del drama de la redención y de la esperanza" y que "nada está fuera del amor creador y redentor de Dios".
El arzobispo sanjuanino retomó también la enseñanza del papa Francisco en Laudato si': "Todo está interconectado. Lo que hacemos, lo que consumimos, lo que desechamos, afecta no solo nuestro entorno inmediato sino el equilibrio global".
Así, señaló que el deterioro ambiental y el sufrimiento humano son "dos caras de una misma crisis ética y espiritual: el gemido de la tierra y el clamor de los pobres son un mismo grito de lamento".
Cultura del descarte
Monseñor Lozano denunció la "cultura del descarte" y los impactos de un consumo sin freno, que "genera no solo pobreza y exclusión sino también un daño irreversible al ambiente".
Como ejemplo, aludió a los basurales electrónicos: "Computadoras, teléfonos, electrodomésticos que ayer fueron símbolo de estatus y comodidad, hoy son basura peligrosa. El costo ambiental y social de estos residuos suele ser invisible. El consumo sin freno es una herida abierta".
Finalmente, destacó que estos mensajes "no tienen como objetivo paralizar ni generar culpa estéril, sino movilizar hacia una conversión ecológica", que requiere tanto cambios personales como compromisos comunitarios. "Antes de adquirir o desechar algo debemos preguntarnos: ¿lo necesito realmente?, ¿qué impacto tendrá en la vida de otras personas y de la tierra?, ¿estoy dispuesto a vivir con menos para que otros puedan vivir con lo suficiente?", planteó.
"Se trata de un camino exigente pero vital, que incluye gestos concretos como reducir plásticos, reciclar, optar por productos locales, exigir políticas públicas ambientales y solidarizarse con las comunidades más vulnerables al cambio climático y la contaminación", concluyó.+