León XIV: 'El tesoro que ilumina la esperanza es, en efecto, la vida de Jesús'
- 6 de septiembre, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa pronunció una catequesis ante cientos de peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro para participar de la Audiencia Jubilar. "Cultivar el corazón requiere esfuerzo", manifestó.

Ante los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro para la Audiencia Jubilar, este 6 de septiembre, el papa León XIV animó a mirar más allá de la superficie para encontrar el Reino de Dios. "Buscando nos acercamos cada vez más al Señor que se despojó de sí mismo para hacerse semejante a nosotros", manifestó.
"La esperanza se reaviva cuando cavamos y rompemos la costra de la realidad, vamos más allá de la superficie, así es como se encuentra el Reino de Dios", subrayó y exhortó a buscar a Cristo profundizando en los hechos de la vida con la curiosidad de los niños.
Dirigiéndose a la multitud de fieles de todo el mundo congregados en la plaza de San Pedro, a los que saludó con un recorrido en papamóvil, el Santo Padre dio la bienvenida subrayando cómo en Roma, "ciudad rica en historia", es posible "ser confirmados en la fe, en la caridad y en la esperanza".
El pontífice utilizó este último elemento, que es también el tema del Año Santo, como punto de partida para su reflexión sobre la parábola de Jesús sobre el tesoro escondido en el campo, tomada del Evangelio de Mateo, y explicó cómo de niños "meter las manos en la tierra tenía un encanto especial", y este juego permitía "atravesar la dura corteza del mundo y ver lo que hay debajo".
"El tesoro que ilumina la esperanza es, en efecto, la vida de Jesús: debemos ponernos en camino tras sus huellas", afirmó.
No conformarse con posiciones y riquezas
El Pontífice destacó como modelo a seguir a Flavia Julia Helena, madre del emperador Constantino, quien, como los demás primeros cristianos después de haber tenido la libertad de vivir la fe, comenzó a "excavar" en los lugares de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
"¡Cuántas otras cosas podría haber hecho una emperatriz! Cuántos lugares nobles podría haber preferido a Jerusalén suburbana. Cuántos placeres y honores cortesanos', analizó el Papa, "pero -dijo- en lugar de eso se convierte en 'una mujer que busca' y 'que cava' para seguir a Jesús".
"También nosotros, hermanas y hermanos, podemos quedar atrapados en las posiciones que hemos alcanzado y en las riquezas, más o menos grandes, que nos dan seguridad", advirtió, afirmando que con esta acción "perdemos la alegría que teníamos de niños, ese deseo de cavar e inventar que hace que cada día sea nuevo. 'Inventar' -ya saben- en latín significa 'encontrar'".
"El gran 'invento' de Elena fue el hallazgo de la Santa Cruz. ¡He aquí el tesoro escondido por el que venderlo todo! La cruz de Jesús es el mayor descubrimiento de la vida, el valor que cambia todos los valores", agregó.
"Volvernos como niños"
El pontífice aclaró que quizá Helena había comprendido la importancia de la cruz precisamente "porque había llevado la suya durante mucho tiempo".
"No había nacido en la corte: se dice que era una posadera de origen humilde, de la que se enamoró el futuro emperador Constancio", luego se casó con ella pero la repudió, distanciándola de su hijo Constantino, que también "le causó no poco dolor y decepción", relató León XIV.
El Papa destacó igualmente que, sin embargo, nunca dejó de ser ella misma, "decidió hacerse cristiana y practicó siempre la caridad, sin olvidar nunca a los humildes", y por ello es un ejemplo.
"Esa dignidad y esa fidelidad a la conciencia -continuó León XIV- cambian el mundo también hoy: nos acercan al tesoro, como el trabajo del campesino. Cultivar el corazón requiere esfuerzo. Es el trabajo más grande. Pero escarbando se encuentra, abajándose uno se acerca cada vez más a ese Señor que se despojó de sí mismo para hacerse semejante a nosotros. Su cruz está bajo la corteza de nuestra tierra".
Finalmente, el Papa sugirió volverse "como niños" para conocer "otro Reino, otra fuerza", en lugar de "caminar orgullosos, pisoteando distraídamente el tesoro que está bajo nuestros pies".
Y concluyó reiterando que "Dios está siempre debajo de nosotros para levantarnos".+