Jóvenes de toda la Argentina celebraron el Jubileo 2025 en Roma
- 4 de agosto, 2025
- Roma (Italia) (AICA)
Una delegación federal de más de mil jóvenes participó en una peregrinación histórica que los conectó con la fe, la misión y el llamado del Papa a ser luz y esperanza para el mundo.

Desde el 28 de julio, más de mil jóvenes argentinos provenientes de todas las regiones del país llegaron a Roma para participar en el Jubileo de los Jóvenes 2025. Esta peregrinación no fue sólo un viaje, sino un llamado a vivir con profundidad el mensaje del Evangelio, compartiendo con jóvenes de todo el mundo la alegría de ser Iglesia. Esa es justamente la atmósfera que se respiró esos días en Roma: una Iglesia joven, viva y en salida.
Román Cuevas, seminarista
de la arquidiócesis de Buenos Aires de 26 años, lo resume así: "Para mí fue una
experiencia verdadera de ser Iglesia, porque en cada basílica que uno
peregrinaba, o en la vigilia de los jóvenes, o en la misa de inicio, cuando uno
miraba a su costado, miraba a la persona que estaba al lado de uno, se
encontraba con alguien de un país distinto".
"La respuesta a la pregunta de qué hacíamos acá en este jubileo la
encontrábamos en la vigilia de los jóvenes: "estábamos acá porque Jesús nos invitaba a estar acá
en esta semana del jubileo y estar con Él. Jesús nos invita a estar con Él y a
formar, con Él en el centro, la Iglesia", aseguró.
El seminarista porteño detalla que "las conversaciones eran
muy de Dios y hacían mucho bien y quedaba el lindo compromiso de rezar unos por
los otros". "Esa experiencia de ser Iglesia, de sin conocernos poder conversar
y poder caminar y poder rezar los unos por los otros, es esta experiencia de
ser peregrinos de esperanza. De estar en camino mirando a Jesús que está con
nosotros y mirando también al que está al lado de nosotros", concluyó.
La delegación argentina, estuvo conformada por jóvenes de distintas provincias, colegios, movimientos, diócesis y más de 50 integrantes del clero y la vida consagrada, fue declarada de interés por el Gobierno Nacional, a través de la Secretaría de Culto y Civilización. Desde Córdoba, por ejemplo, viajaron más de 60 jóvenes, acompañados por monseñor Alejandro Musolino SDB y el presbítero Sergio Colmenares, formador del seminario mayor.
La primera misa "nacional" tuvo lugar en la basílica Santa María la Mayor, uno de los templos más importantes de Roma y sitio donde se encuentra la tumba del papa Francisco. Allí, los jóvenes se recogieron en oración por el difunto pontífice.
La segunda gran celebración se realizó en la Iglesia Nacional Argentina en Roma Nuestra Señora de los Dolores, que fue designada como Iglesia Jubilar para este Año Santo. La misa fue presidida por monseñor Musolino junto al obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Alejandro Pardo. En su homilía, monseñor Musolino expresó: "No dejen que otros vivan la vida por ustedes. Vinieron de distintos países, unidos por el mismo deseo: que Jesús camine con nosotros, que su luz nos guíe, que su amor nos abrace. Este jubileo no es una fiesta cualquiera, es una invitación a volver a lo esencial, a darle paso a Dios, a salir de nuestras rutinas y caminar juntos. Ser generadores de paz como nos pide nuestro Papa León".
La misa de apertura oficial del Jubileo tuvo lugar en la Plaza San Pedro, presidida por monseñor Rino Fisichella. Allí, miles de jóvenes escucharon con atención las palabras del papa León XIV, quien los saludó desde el papamóvil y les dirigió un mensaje cargado de esperanza: "El mundo necesita mensajes de esperanza, y ustedes son ese mensaje. Caminemos juntos con nuestra fe en Jesucristo. ¡Queremos la paz en el mundo!"
"Si hay algo que me
gustó, que me marcó, que me emocionó del momento fue el encontrarme repleta de
jóvenes que sienten lo mismo que yo, que tienen esta locura, si quieren, de
vivir el Evangelio como lo vivimos nosotros, de que no es que soy yo sola en un
mundo en el que nadie cree, sino que estamos acompañados de un montón de
jóvenes, con un montón de historias muy distintas a la nuestra, un montón de
culturas, que también creen y que también se acompañan y que también viven lo
mismo que nosotros, así que eso fue una de las cosas para mí más movilizantes",
expresó Ana Clara Solari, de la arquidiócesis
de Mercedes-Luján, quien participa de la Pastoral Diocesana en el equipo de
Artística.
La joven de 19 años, del Grupo de Acción Católica en Luján, se mostró impactada de "ver la inmensidad de la Iglesia y el gran alcance que tiene a los corazones de todos". "Es algo totalmente mágico, la energía que se siente alrededor, la energía que se siente compartiendo con la otra gente es tremenda", resume.
A Julieta Morellato de 23 años, proveniente de Córdoba, el momento que más la movilizó también fue la adoración en Tor Vergata con el Papa, con el coro que acompañó: "Creo que el hecho de que estuviéramos más de un millón de jóvenes todos juntos, unidos en oración, alabando al Señor en silencio fue realmente impresionante".
"Fue una experiencia única, que se vive cada 25 años y que deja el corazón feliz y con ganas de salir a evangelizar y compartir todo esto con el resto de jóvenes", reflexionó.
Celebraciones, oración y encuentro argentino
Además de los actos oficiales, los jóvenes argentinos participaron de celebraciones cotidianas que marcaron cada jornada con espíritu festivo y oración. En el cuarto día del Jubileo, se reunieron nuevamente en la Iglesia Nacional Argentina para rezar el Rosario en comunidad y celebrar la Eucaristía.
Luego, se realizó el esperado "fogón argentino", un espacio de encuentro organizado por la Secretaría de Culto y Civilización y la Embajada Argentina ante la Santa Sede. Allí, los jóvenes compartieron música, banderas, abrazos y momentos de fraternidad que reforzaron su identidad y su compromiso como jóvenes de fe.
Gustavo Sánchez
Marchetti, de 20 años, viajó solo, en representación de toda la diócesis de
Reconquista. Oriundo de la parroquia Nuestra Señora de Itatí, de Fortinolmos, compartió
con AICA: "Vuelvo a mi diócesis fascinado con todo lo vivido, desde la acogida
acá en la Iglesia Argentina en Roma, la calidez, el recibimiento, la hermandad.
Y también me llevo mucho el intercambio con otras diócesis, con otros jóvenes
de otros países. Pero algo que me guardo un poco en el corazón es la misa de
los argentinos aquí en la Iglesia Argentina en Roma y también el fogón".
Para el joven, "fue un momento plenamente de encuentro y de
volver un poquito a nuestras raíces, a nuestra tierra, a lo que nosotros somos,
la alegría, la euforia, el lío, como nos mencionaba el papa Francisco".
El Jubileo continuó con momentos clave como la jornada penitencial en el Circo Máximo, la vigilia en Tor Vergata y la misa de clausura presidida por el Papa el domingo 3. También se desarrollaron actividades impulsadas por la Pastoral Juvenil Argentina y la Embajada Argentina ante la Santa Sede, que fortalecieron el sentido de comunidad y misión.
Uno de los momentos que Juliana Alfonsini, de 25 años, destaca de esta experiencia del Jubileo es la adoración de la Iglesia Argentina: "La verdad que fue un momento muy fuerte, la adoración fue preciosa. Me llevo realmente la imagen de todos arrodillados rezando y recordando siempre del por qué estamos acá".
"Luego de la adoración fuimos en peregrinación hacia Santa María la Mayor para tener la misa de los argentinos. Y lo mismo, realmente fue un sentimiento muy fuerte de Iglesia, todos juntos caminando, rezando, cantando, pintados todos con los colores que nos representan", relata.
La joven, oriunda de Paraná, Entre Ríos, viajó con su mamá: "Tuve la gracia y el regalo de poder vivirlo con ella. Ella tampoco vivió una experiencia así y fue también un regalo del cielo que ella haya podido venir. Fue súper lindo vivirlo en familia. No solamente familia en cuanto a mi mamá, sino también vivirlo en familia como argentinos con todos juntos", aseguró.