Consagración de niños y adolescentes de la IAM

  • 5 de diciembre, 2012
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
El pasado domingo 2 de diciembre, en la Capilla del Colegio de las Hermanas del Huerto, el arzobispo de Tucumán, Mons. Alfredo Zecca, presidió la misa de consagración de niños, adolescentes y animadores de la Obra Misionera Pontificia de la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM). Con el arzobispo concelebraron los presbíteros Gustavo Juárez, actual director diocesano de las Obras Misionales Pontificias, y Carlos Rafael Navarro, quien hasta la fecha prestó servicio a la arquidiócesis en dicha labor, y que desde ahora acompañará al flamante director, colaborando en la animación misionera de la Arquidiócesis.
El pasado domingo 2 de diciembre, en la Capilla del Colegio de las Hermanas del Huerto, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, presidió la misa de consagración de niños, adolescentes y animadores de la Obra Misionera Pontificia de la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM). Con el arzobispo concelebraron los presbíteros Gustavo Juárez, actual director diocesano de las Obras Misionales Pontificias, y Carlos Rafael Navarro, quien hasta la fecha prestó servicio a la arquidiócesis en dicha labor, y quien desde ahora acompañará al flamante director, colaborando en la animación misionera de la Arquidiócesis. La Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera de la arquidiócesis celebró esta fiesta misionera conforme a los objetivos y al proceso formativo misionero de los niños, adolescentes y animadores que propone la Obra, y teniendo en cuenta esto, el director diocesano, el delegado diocesano, Raúl Teissier, y el Equipo Diocesano, presentaron al arzobispo a 67 niños y adolescentes, y 20 animadores de distintas comunidades parroquiales para la entrega de la pañoleta, que es la insignia con la cual se realiza la Consagración a la Misión en y desde la Obra de la IAM. Es un paso importante dentro del proceso formativo, porque van viviendo la misión al estilo de Jesús; se comprometen activamente con la misión universal de la Iglesia y el verdadero estilo de vida misionera de imitar y configurarnos con Jesús, el misionero del Padre, compromiso adquirido desde el Bautismo. La Obra Pontificia de la Infancia y Adolescencia Misionera es, por tanto, un semillero de vocaciones misioneras, donde desde pequeños se aprende cuanto de bueno hay en el Evangelio, que encuentra en la entrega al prójimo más necesitado la mejor opción para alcanzar una vida plena, la riqueza del desprendimiento, que enseña a anunciar con alegría la Buena Noticia y la fuerza de la Fe, y que piensa en el otro como amigo, con quienes juntos construiremos el mundo de Paz que Dios nos propone.+