Cáritas Jerusalén: 'En Cisjordania y Gaza, las necesidades son inmensas'

  • 19 de junio, 2025
  • Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
A pesar de los ataques con misiles iraníes contra Israel, la organización católica continúa su labor en un contexto peligroso y alarmante.

"Estamos en primera línea brindando ayuda a la población y, como organización importante y brazo social de la Iglesia, teníamos que continuar nuestra labor", aseguró Anton Asfar, director de Cáritas Jerusalén, que tras los ataques israelíes contra Irán y la contraofensiva de este país que comenzaron el viernes 13 de junio, suspendió por un día sus actividades para evaluar los riesgos de continuar su labor humanitaria en este nuevo contexto de guerra abierta pero que, sin embargo, dadas las inmensas necesidades, la organización reanudó las operaciones al día siguiente.

Falta de medicamentos
En la Franja de Gaza, donde 122 miembros de los equipos de Cáritas Jerusalén están distribuidos en diez unidades médicas para brindar ayuda de emergencia. Esta labor continúa bajo bombardeos, con muertes diarias, especialmente en el Norte, según informó el Hospital Al-Ahli, uno de los socios de Cáritas Jerusalén.

"La situación es catastrófica", afirmó Asfar, citando la escasez grave de medicamentos, alimentos e incluso agua potable. "Trajimos todo el equipo posible durante el reciente alto el fuego, pero ahora se nos están acabando los suministros". En ocasiones, los equipos reciben medicamentos de la OMS u otros socios.


En la Franja de Gaza, las escenas de la vida cotidiana son indescriptibles. Niños descalzos hurgando en los tachos de basura en busca de restos de comida, mosquitos que transmiten enfermedades infecciosas y las distribuciones de alimentos de la Fundación Humanitaria de Gaza convirtiéndose en masacres.

Un diluvio incesante de bombas
En la parroquia latina de Gaza, los cristianos también sufren esta asfixia lenta y progresiva. Algunos viven en el recinto de la iglesia, alrededor del cual continúan los bombardeos. 

Cáritas Jerusalén mantiene contacto estrecho con el padre Gabriel Romanelli IVE, párroco de la Sagrada Familia, cuando es posible llamarlo. Recientemente, el sacerdote tuvo que subirse al tejado de su iglesia para tener señal.

Para el director de Cáritas Jerusalén, tener equipos sobre el terreno es una fuente constante de ansiedad. "Seguimos evaluando la situación porque no queremos poner en riesgo a nuestros equipos: es muy peligroso operar en Gaza, que se ha convertido en una auténtica zona sin ley".

"Cisjordania está paralizada"
Sin embargo, Cáritas Jerusalén también advierte sobre la situación dramática en Cisjordania. Al regresar de una visita al Norte, Asfar observó la construcción de nuevos muros y puestos de avanzada. "Vi cambios significativos sobre el terreno", se preocupa, como en la aldea de Sinjil, a 50 kilómetros al norte de Jerusalén, ahora rodeada por muros de alambre de púas de varios metros de altura.

"Cisjordania está paralizada, hay muy poca libertad de movimiento", continúa Asfar, quien cuenta con no menos de 900 puestos de control o barreras en toda Cisjordania. La agricultura, la educación y toda la economía sufren gravemente estas restricciones, que agravan un contexto ya de por sí difícil.


Además, con la suspensión de las peregrinaciones a Tierra Santa, muchas ciudades como Belén están experimentando una desaceleración. Casi 200.000 trabajadores están desempleados en Cisjordania, según Cáritas Jerusalén, que intenta estimular la economía proporcionando semillas a quienes se inician en la agricultura o concediendo microsubvenciones para diversos proyectos empresariales, como la costura o la cocina.

Más de 40.000 refugiados internos
Cáritas Jerusalén también trabaja con los 40.000 refugiados que viven en los campamentos de Yenín, Nur Shams y Tulkarem.

"Estos desplazados internos no tienen nada: necesitan comida, kits de higiene, equipos de dignidad. Estamos haciendo todo lo posible para ayudarlos y lanzaremos jornadas médicas y programas de apoyo psicosocial en el norte de Cisjordania", explicó el director de Cáritas Jerusalén.

Asfar pide la acción de la comunidad internacional, pero, sobre todo, confía en su fe para mantener la esperanza de días mejores. "Estamos intentando reavivar la esperanza en la comunidad para que sea más resiliente", concluye, animado por el apoyo de colaboradores del mundo.+