El Reino de Cristo está en anunciarlo y llevar a los hombres la Verdad, enseñó mons. Martorell

  • 30 de noviembre, 2012
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Raúl Martorell, compartió la homilía que predicó el pasado domingo en ocasión de la solemnidad de Cristo Rey, fiesta que se celebra al final cierre del año litúrgico, en la que rescató el sentido de la realeza de Jesús: "No está vinculada al poder de este mundo, ni a la función política, ni al dominio temporal, sino que está en relación a un señorío espiritual que consiste en anunciar la salvación y llevar a los hombres al conocimiento y el amor de la Verdad suprema, liberándolos de las tinieblas del error, del pecado y de la muerte".
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, compartió la homilía que predicó el pasado domingo en ocasión de la solemnidad de Cristo Rey, fiesta que se celebra al final cierre del año litúrgico, en la que rescató el sentido de la realeza de Jesús: "No está vinculada al poder de este mundo, ni a la función política, ni al dominio temporal, sino que está en relación a un señorío espiritual que consiste en anunciar la salvación y llevar a los hombres al conocimiento y el amor de la Verdad suprema, liberándolos de las tinieblas del error, del pecado y de la muerte". El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Raúl Martorell, compartió la homilía que predicó el pasado domingo en ocasión de la solemnidad de Cristo Rey, fiesta de cierre del año litúrgico, en la que rescató el sentido de la realeza de Jesús, tras hacer un recorrido por las lecturas del profeta Daniel, el Libro del Apocalipsis y el evangelio según San Juan. El prelado sostuvo que el evangelista san Juan une el tema de la realeza de Cristo a su pasión en la conversación que tiene con Pilato. "Jesús, quien siempre tomó distancia del tema de la realeza y huyó de quienes le querían hacer rey, en esta conversación con Pilato afirma que es Rey, aunque antes había declarado que su reino no era de este mundo". "Esto nos lleva a considerar que la realeza de Cristo no está vinculada al poder de este mundo ?observó el obispo-, ni a la función política, ni al dominio temporal, sino que está en relación a un señorío espiritual que consiste en anunciar la salvación y llevar a los hombres al conocimiento y el amor de la Verdad suprema, liberándolos de las tinieblas del error, del pecado y de la muerte". Monseñor Martorell indicó que los cristianos están llamados a construir el Reino de Dios desde el amor. "Este tiempo necesita del testimonio individual, matrimonial, familiar, profesional y eclesial; todos testigos del Evangelio y sus valores, todos firmes en la fe y enraizados en Cristo, no sólo para buscar la santidad personal sino para atraer a muchas almas a Cristo, para que otros también puedan formar parte de este Reino", subrayó. Año de la Fe El obispo de Puerto Iguazú rescató que este Año de la Fe, convocado por el papa Benedicto XVI, "propone volver al rico patrimonio del Concilio Vaticano II para afrontar la nueva evangelización como parte de la construcción de este reinado espiritual de Cristo", y que para ello se hace necesario el apostolado y el testimonio de santidad de los miembros de la Iglesia. "Si bien todos estamos llamados a construir el Reino de Cristo, los laicos hoy están llamados a hacerlo de un modo más intenso y extenso, abarcando los distintos ámbitos de la vida", explicó el prelado, en congruencia con las enseñanzas de los documentos conciliares. "El Año de la Fe será una ocasión privilegiada para estudiar, profundizar y asimilar el espíritu del Concilio y traducirlo a la vida en gestos concretos de justicia, amor, paz y verdad", vaticinó monseñor Martorell. "Tanto en los documentos del Concilio como en el Catecismo de la Iglesia, los fieles pueden encontrar la inspiración y la fuerza necesaria para comprometerse en la construcción del Reino de Cristo y para participar cada vez más activamente en la misión de la Iglesia, que los llama a evangelizar a tiempo y a destiempo", detalló el obispo. + Texto de la homilía