El vocero episcopal valora los motivos de la elección del nombre del nuevo Papa

  • 15 de mayo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
"La elección de León XIV puede evocar firmeza, coraje y claridad doctrinal", destacó el Pbro. Máximo Jurcinovic en una nota en Perfil. Afirmó que hay "una clara señal" de continuidad con Francisco.

El director de la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presbítero Máximo Jurcinovic tituló "León XIV: un nombre con historia y una señal hacia América" un artículo publicado por el diario Perfil sobre la elección pontificia de Robert Prevost

"La elección de un nombre papal nunca es casual. Es un gesto cargado de significado, con el que cada nuevo pontífice se ubica en la historia de la Iglesia. Por eso llamó la atención que el recién elegido Papa tomara el nombre de León XIV, una denominación que no se usaba desde hace más de 120 años", plantea.

"En estos primeros gestos, León XIV parece proponer una figura papal más institucional que su predecesor, pero no por eso menos comprometida", opinó.

El sacerdote consideró que "la elección del nombre León puede evocar firmeza, coraje y claridad doctrinal" y profundizó: "Al mismo tiempo, su reconocimiento explícito al papa Francisco y su vínculo con América Latina sugieren que no habrá retrocesos en las reformas eclesiales iniciadas en la última década".

"Así comienza un nuevo pontificado, con una herencia viva y desafíos urgentes. El nombre elegido, el momento del anuncio y las primeras palabras del nuevo Papa ofrecen pistas claras sobre el horizonte pastoral que se propone. León XIV no desconoce el mundo que lo espera ni la Iglesia que lo acoge. Y en este inicio, han sido los símbolos -los gestos, las palabras, las imágenes- los que ya comenzaron a hablar", concluyó.

Texto del artículo en Perfil
La elección de un nombre papal nunca es casual. Es un gesto cargado de significado, con el que cada nuevo pontífice se ubica en la historia de la Iglesia. Por eso llamó la atención que el recién elegido Papa tomara el nombre de León XIV, una denominación que no se usaba desde hace más de 120 años.

En sus primeras palabras, desde el balcón de San Pedro, saludó y agradeció al ya fallecido papa Francisco, en una clara señal de continuidad. Pero fue en el encuentro posterior con los cardenales electores cuando explicó por qué eligió ese nombre.

En ese encuentro, el nuevo pontífice explicó su elección con claridad: "Hay varias razones, pero la principal es porque León XIII, con la histórica encíclica Rerum Novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial".

A juicio de León XIV, el mundo atraviesa hoy una transformación similar, marcada por el avance vertiginoso de la inteligencia artificial y sus consecuencias sobre el trabajo, la justicia y la dignidad humana. Por eso, parece que considera necesario que la Iglesia recupere y actualice su patrimonio de Doctrina Social para ofrecer respuestas concretas a los desafíos contemporáneos.

Hay una "coincidencia" para los argentinos que expresa algo profundo en esta elección: León XIII fue quien coronó canónicamente a la Virgen de Luján, patrona de Argentina, el 8 de mayo de 1887. Y fue precisamente el 8 de mayo cuando se presentó al mundo el nuevo papa León XIV.

El mundo atraviesa hoy una transformación marcada por el avance vertiginoso de la inteligencia artificial y sus consecuencias sobre el trabajo, la justicia y la dignidad humana"

El gesto de mencionar a Francisco en sus primeras palabras y hacerlo justamente en el día de la patrona de su país parece más que una coincidencia. Es, al menos, una señal.

Robert Francis Prevost, agustino, nació en Chicago, Estados Unidos, pero tiene una larga trayectoria misionera en América Latina, especialmente en Perú. Allí fue obispo de Chiclayo y vice-presidente de la Conferencia Episcopal. Desde 2023 ejercía como prefecto del Dicasterio para los Obispos, cargo desde el cual tuvo una participación clave en la selección de nuevos obispos en todo el mundo.

Su perfil combina experiencia de gobierno en su congregación, carisma pastoral, conocimiento de la curia romana y sensibilidad hacia las periferias.

En estos primeros gestos, León XIV parece proponer una figura papal más institucional que su predecesor, pero no por eso menos comprometida. La elección del nombre León puede evocar firmeza, coraje y claridad doctrinal. Al mismo tiempo, su reconocimiento explícito al Papa Francisco y su vínculo con América Latina sugieren que no habrá retrocesos en las reformas eclesiales iniciadas en la última década.

Así comienza un nuevo pontificado, con una herencia viva y desafíos urgentes. El nombre elegido, el momento del anuncio y las primeras palabras del nuevo Papa ofrecen pistas claras sobre el horizonte pastoral que se propone. León XIV no desconoce el mundo que lo espera ni la Iglesia que lo acoge. Y en este inicio, han sido los símbolos -los gestos, las palabras, las imágenes- los que ya comenzaron a hablar.+