Una multitud diversa en el conmovedor funeral del Papa Francisco

  • 26 de abril, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Participaron 250.000 personas, desde jefes de Estado hasta humildes que estuvieron en el corazón de Bergoglio. Los jóvenes dijeron presente. El recorrido del féretro en medio de la fila de cardenales.

Cientos de miles de peregrinos, miles de obispos y sacerdotes, se reunieron en la plaza de San Pedro para dar el último adiós al Papa Francisco. El Vaticano estimó que 250.000 personas participaron del funeral.

Un pequeño grupo de familiares de Jorge Bergoglio, llegados de la Argentina se sentaron cerca del altar. Además, más de 130 delegaciones internacionales estuvieron presentes en la ceremonia solemne. 

Los presidentes de la Argentina (país natal del Papa), Javier Milei y luego de Italia, encabezaron la entrada de las delegaciones, les siguieron los miembros de las casas reales y los demás presidentes, en orden alfabético francés. Entre otros mandatarios estuvieron presentes el estadounidense Donald Trump y el francés Emmanuel Macron, el líder laborista británico Keir Starmer y el mandatario brasileño Lula da Silva.

En las primeras filas también se ubicaron un grupo de sintecho, familias de inmigrantes y seis presos de la cárcel romana de Rebibbia, que pudieron participar con un permiso especial. Cuarenta personas que, durante estos 12 años de pontificado, estuvieron en el corazón del pontífice. 

Según datos de la Prefectura de Roma, cerca de 250.000 personas siguieron la misa de exequias. Solo 140.000, lo pudieron hacer dentro de la plaza de San Pedro; el resto se agolpó en las calles aledañas para seguirlo a través de las grandes pantallas que fueron instaladas. 

La ciudad de Roma se convirtió en un auténtico templo al aire libre. Nadie rompió el silencio litúrgico con el que también se siguió el funeral desde la plaza.


La misa concluyó con una triple oración que es rezada sólo en los funerales de los Papas. Después de la bendición final llevó a cabo el rito de último elogio y la despedida, llamado ultima commendatio et valedictio.

Primero la pronunció el vicario del Papa para la Diócesis de Roma, el cardenal Baldassare Reina, de parte de la ciudad de la que Francisco fue obispo; después la recitó un patriarca oriental en nombre de las Iglesias orientales; y concluyó el Cardenal Giovanni Battista Re con una oración en nombre de toda la Iglesia.

La ceremonia
Con la misa funerales celebrada el 26 de abril en la escalinata de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco es saludado como pastor y discípulo de Cristo. Este rito funerario pretende expresar la fe de la Iglesia en Cristo resucitado. 

Presidió, en latín y según lo previsto en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis en la nueva edición de 2024 con las simplificaciones queridas por el Papa, está el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re.


Participaron 980 concelebrantes, entre cardenales, obispos y sacerdotes, además hubo 200 ministros de la Comunión y más de 4 mil sacerdotes ubicado en el derecho del atrio, donde se encuentra la estatua de San Pedro. 

Se prepararon 225 copones para los fieles, mientras que para los sacerdotes se prepararon 80 cálices y el mismo número de copones. Frente al altar, a la derecha, se colocó el icono de la Salus Populi Romani.

Las oraciones y la despedida
Las seis oraciones de los fieles se leyeron en francés, árabe, portugués, polaco, alemán y chino y después de la Comunión se hizo la Ultima commendatio, la recomendación final a Dios para acoger el alma del difunto en la gloriosa comunión de los santos y la Valedictio. 

La despedida o último saludo antes del entierro, con la Súplica de la Iglesia de Roma seguida de la oración pronunciada por el cardenal Baldassare Reina, vicario general de la diócesis de Roma, y, en griego, la Súplica de las Iglesias Orientales, y la posterior oración del Patriarca de Antioquía de los greco-melquitas Youssef Absi

A continuación, los doce sediarios, un grupo de laicos que en el pasado se encargaban de llevar las sillas gestatorias de los pontífices, alzaron en hombros el ataúd del Papa y lo ingresaron nuevamente al interior de la Basílica de San Pedro, para desde ahí iniciar el cortejo hacia la basílica Santa María la Mayor, donde fue sepultado.

Sepultura
La sepultura en el nicho de la nave lateral de la basílica liberiana, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, está precedida por el canto de cuatro salmos y acompañada de cinco intercesiones, luego se entona el Padrenuestro.


Después de la oración final, sobre el féretro que contiene los restos del Papa Francisco se imprimieron los sellos del cardenal camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Kevin Farrell, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Romano Pontífice y del Capítulo Liberiano. 

Una vez concluidos estos gestos, se colocó el féretro en el sepulcro y se roció con agua bendita mientras se entona el Regina Caeli. 

La última formalidad estuvo a cargo del notario del Capítulo Liberiano, que redacta el acta auténtica que certifica el entierro y la lee a los presentes. Luego lo firmaron el cardenal camarlengo, el regente de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo Sapienza, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, monseñor Diego Ravelli y finalmente el notario.+