Card. Rossi: 'Olor a oveja y sonrisa de padre'

El arzobispo de Córdoba presidió la Misa Crismal en la catedral y destacó la capacidad de compasión, misericordia y ternura requeridas en las tareas del sacerdote.

El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, presidió este Jueves Santo la Misa Crismal en la catedral Nuestra Señora de la Asunción. Durante la celebración, el arzobispo consagró los santos óleos que se utilizarán durante todo el año en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Unción de los Enfermos y Orden Sagrado. Además, los sacerdotes de la arquidiócesis renovaron sus promesas sacerdotales, recordando su entrega al servicio del Pueblo de Dios.

En su homilía, el purpurado invitó a los sacerdotes a renovar el corazón de su ministerio, retomando con fuerza las palabras del Papa Francisco. Un llamado claro y profundamente humano: llevar la buena noticia a los pobres, curar corazones quebrantados, consolar a los afligidos. "No se trata solo de hacer cosas, sino de dejarnos tocar por las historias de nuestra gente, de acompañar sus dolores, alegrías, fracasos y esperanzas", aseguró.

"El corazón del pastor se va deshilachando, a veces se nos parte", prosiguió, citando a Romano Guardini: "Si estás dispuesto a entregarle el corazón a tu pueblo, prepárate? te lo van a partir."

Pero ese desgaste no es en vano. Es el cansancio bueno, el que nace del amor y da frutos. "El pueblo de Dios es cansador", señaló citando al actual Papa, "pero es un cansancio lleno de alegría honda".

Frente a un mundo que a veces quiere pastores distantes o inalcanzables, la homilía fue un llamado a volver a tener olor a oveja y sonrisa de padre. No a ser rostros agrios, sino presencia cercana, consuelo y alegría para el pueblo fiel.+