Renovado compromiso de los Hogares de Cristo con las enseñanzas de Francisco

  • 17 de marzo, 2025
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
Fue en la basílica de Luján, en la misa que cerró la novena de oración por la salud del Papa. "Queremos seguir siendo una Iglesia en salida, una Iglesia pobre para los pobres", afirmó el padre Pepe.

Desafiando la lluvia intermitente, un poco antes del mediodía, este domingo 16 de marzo fueron llegando a la basílica de Luján las comunidades que están celebrando, en la vecina Villa Marista, los 17 años de vida de los Hogares de Cristo, las cuales invitaron a esa misa para pedir especialmente por la salud del Papa Francisco.

Fueron varios miles las chicas y muchachos que, con sus bombos, redoblantes, canciones, banderas y carteles, llenaron el santuario mariano nacional y destino de peregrinación habitual de los argentinos.

La misa fue presidida por monseñor Oscar Ojea, obispo emérito de San Isidro, y concelebrada por más de 50 sacerdotes, los arzobispos Gustavo Carrara (La Plata) y Jorge Eduardo Scheinig (Mercedes-Luján), y los obispos Juan José Chaparro CMF (Merlo-Moreno) y Eduardo García (San Justo).


"¡Hoy estamos acá para celebrar 17 años de vida!, ¡feliz cumpleaños!", exclamó el presbítero José María 'Pepe' Di Paola, y expresó a viva voz: "¡Que viva el Hogar de Cristo!, ¡que viva la Virgen!".

El sacerdote, identificado con la pastoral en las villas y barrios populares, recordó: "Estamos rezando, en este 17° aniversario, por el Papa Francisco" y, entre aplausos, expresó: ¡Que viva el Papa Francisco!".

"En el día del Cura Brochero, los curas de las villas y barrios populares de la Argentina, estamos presentes para decirle al Cura Brochero que queremos seguir su camino en los barrios, en el lugar donde la Iglesia nos ha puesto, y que el Hogar de Cristo es el modo de vivir la Iglesia que nos enseña el Papa Francisco: una Iglesia en salida, una Iglesia pobre para los pobres", puntualizó.

"Pedimos, en este momento, por la salud de aquel que fuera nuestro obispo y que diera, 17 años atrás, el puntapié inicial para comenzar esa tarea que veníamos realizando los curas de las villas y que él acompañó siempre hasta hoy", agregó, y destacó: "Jorge Bergoglio nos enseñó también a recibir la vida como viene".

En su reflexión, el padre Pepe aseveró que, "en un mundo donde predomina el individualismo, la crueldad y el sálvese quien pueda, el Hogar de Cristo levanta la bandera de la comunidad organizada". 


"Por eso, nos interesa la vida de aquellos que están más desprotegidos en cada uno de los lugares donde vivimos. Aquellos caídos por la droga, aquellos que han quedado solos en la vida: ahí está el Hogar de Cristo para abrazarlos, y para decirles que esta es su casa, una casa que se fue agrandando", indicó.

"Recordamos todavía la fiesta de los 15 años, donde una multitud de toda la patria vino aquí a celebrarlos. Hoy también se unen, desde sus lugares, muchísimos Hogares de Cristo del interior de país", valoró.

El cura villero señaló que "aquí, donde siempre renovamos nuestro compromiso, le decimos a la Virgen que seguiremos este camino, un camino de unidad, de mirar desde al más humilde y más pobre, trabajar codo a codo con los hermanos; esto nos permite decir que seguimos siendo una gran familia", y diferenció: No somos un rejuntado, somos la Gran Familia del Hogar de Cristo".

"Y yo pregunto: si esto no es la Iglesia, ¿la Iglesia dónde está? La Iglesia comprometida, misionera, que le da cobijo a los más pobres, la Iglesia que reza y la Iglesia que misiona. Ese es el espíritu de los jóvenes que integran estos Hogares. ¡Cuántas misiones hoy están llevando adelante!", concluyó.

Gestos significativos
Durante la misa hubo tres gestos significativos.

En primer lugar, dado que el presbítero Carlos "Charly" Olivero parte en misión a Colombia -con el fin de la "latinoamericanizar" la propuesta de recuperación de adicciones que se lleva adelante desde los Hogares de Cristo-, todos los sacerdotes y la asamblea lo bendijeron con emoción; luego, monseñor Ojea, obispo emérito de San Isidro, le dio una bendición particular.

A su vez, diez jóvenes de diferentes Hogares de Cristo recibieron su bendición de envío, ya que  partirán mañana hacia Bahía Blanca, para ayudar en los Hogares de Cristo de esa ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires, que sufrió gravísimas inundaciones el pasado 7 de marzo. Las instalaciones de los Hogares y las capillas bahienses se han convertido en verdaderos hospitales de campaña y dormitorios para los damnificados, hasta que las aguas bajen y se normalice la situación. Y hacen falta brazos para continuar con las ayudas.


Finalmente, el mismo padre Charly les lavó los pies a cuatro miembros de los equipos organizadores de los Hogares, repitiendo el gesto evangélico de servicio que enseñó Jesús el Jueves Santo.

La fiesta siguió en la Villa Marista de Luján, donde los Hogares de Cristo, luego de la misa, disfrutaron de un festival musical, el almuerzo compartido y la amistad que no termina.+