Mons. Ojea: 'Estar con Jesús en el desierto y profundizar nuestra vida de oración'
- 11 de marzo, 2025
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo emérito de San Isidro compartió su reflexión para el primer domingo de Cuaresma y animó a "prepararnos para una auténtica resurrección pascual".

El obispo emérito de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, ofreció su reflexión para el 9 de marzo, primer domingo de Cuaresma.
En su reflexión, recordó cuando el Espíritu Santo conduce a Jesús al desierto. "Nosotros, en esta Cuaresma, también vamos a acompañarlo en el desierto, que es el espacio de la intimidad con el Señor. Allí, el Señor manifestó su amor a su pueblo, el perdón de sus pecados, la liberación. Jesús reafirma su deseo y su compromiso con el Padre de ser, hasta el fondo, un ser humano, un ser humano que sufre la tentación".
"El Señor sufre en carne propia las tentaciones del demonio en el desierto. Allí será tentado por Satanás, y nunca dialoga con él: siempre responde con la Palabra de Dios. Al demonio no hay que mirarlo de frente, no hay que enfrentarlo de esa manera; sino que hay que responderle de este modo, con la Palabra de Dios", continuó.
Monseñor Ojea, señaló que "el Señor quiere ser humano hasta las últimas consecuencias, aceptando la voluntad del Padre. Ayuna 40 días y el demonio le dice: 'Si sos hijo de Dios, ¿Cómo no podes comer? ¿Cómo no podés hacer pan?'. Y, el Señor responde a esta tentación diciendo: 'No solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios'. Es decir, esta tentación es la tentación del consumo. Vivimos en una sociedad donde el hombre se define por lo que tiene. ¿Por qué me voy a privar de tener esto o aquello? Y, el Señor corta con esto".
Afirmó entonces que "es posible construir una sociedad que no esté basada y edificada en el consumo, que nos enloquece y que nos atonta; que no nos deja pensar, que no nos deja ser, justamente, plenamente humanos, como ha resuelto el Señor por la Encarnación".
"La segunda tentación -dijo- es la tentación del poder. 'Te voy a dar todo esto si vendes tu alma al diablo, si te pones de rodillas y me adoras'. En el fondo, hay en nuestra naturaleza como esta tentación, que en el fondo es ilusoria: una tentación autorreferencial, de cuidar la propia imagen, de ser la referencia de todo, de ser alabado por todos, de ocupar un lugar superior". "Y, ¿todo esto a cambio de qué? A cambio de esta venta del alma al diablo, que es tantas veces tener que pagar precios altos para estar en lugares de poder o en situaciones de poder, renunciando a cosas que hacen a nuestra dignidad, que nos ensucian en lo más profundo", agregó.
Finalmente, el obispo emérito de San Isidro aseguró que "esta tentación de ponerse por encima de todo y dejarse caer es símbolo de la profunda tentación de la desesperanza. 'Dejate caer'. Que todo se vaya al diablo, no importa nada; no importa nada, y lo engaña con la Palabra de Dios o pretende engañarlo con la Palabra de Dios, porque, le dice: 'Allí van a estar los ángeles para recibirte cuando caigas'. 'No tentarás al Señor tu Dios', es la respuesta a esta tentación de dejarse caer, que es tan común en el tiempo en que vivimos; no importa nada, no pensemos y que no importe ningún principio. 'Dejémonos caer, que se arreglen'. Y así tenemos desastres naturales, así tenemos desequilibrios interiores profundos, sin conversarlos, sin hablarlos, sin profundizar sobre ellos".
"Que el Señor nos conceda estar bien, junto a Jesús, esta Semana Santa. Estar en el desierto con él, poder profundizar nuestra vida de oración y prepararnos para una auténtica Resurrección pascual. Que Dios los bendiga".+