Mons. García Cuerva invita a reflexionar sobre 'nuestro hablar' y 'muestro mirar'

  • 4 de marzo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo porteño anima a la conversión personal a fin de que "nuestras palabras construyan fraternidad" y "nuestra mirada sea misericordiosa con los demás".

A partir de las lecturas del último domingo, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, invitó a una doble reflexión sobre "nuestro hablar y sobre nuestro mirar".

"La primera lectura del Eclesiástico y del Evangelio nos ayudan a tomar conciencia de que las palabras que usamos dicen qué tipo de personas somos". 

"Palabras que quizás se han dicho cuando éramos chicos y se nos han grabado en el corazón: 'sos un inútil, no servís para nada, salí de acá'. Palabras fuertes, con un peso fuerte. Hoy en el mundo digital las palabras también corren velozmente, entonces se da aquello que el Papa Francisco ha dicho tantas veces: 'el terrorismo de las redes' en el cual repetimos y le damos autoridad moral a las redes sociales". 

Tras lamentar que se escucharon muchas noticias falsas sobre la salud del pontífice, invitó a tomar "conciencia del peso de la palabra y cómo puede llegar a ser un arma poderosa con el cuál rompemos la fraternidad".

El arzobispo porteño destacó también el valor de otras palabras que ayudan a construir fraternidad, como "por favor", "perdón", "gracias", "dale para adelante", "te quiero".

Al reflexionar sobre "nuestro mirar", monseñor García Cuerva planteó: "Así como hablamos de las palabras, también tenemos que hablar de nuestras miradas. Porque estamos muy atentos en general a los defectos de los demás".

"Atentos a sus defectos, atentos a mirarlos, a descubrirlos, pero no sé si con la misma fuerza somos capaces de mirar los propios defectos", agregó y profundizó: "Al contrario, diría que a nosotros nos miramos muy serenamente, creyendo que nuestros defectos son pequeños y echando siempre la culpa a otro". 

Frente a esto, propuso "mirar el corazón del otro, mirar a mi hermano que tiene defectos como tengo yo, pero mirarlo con misericordia como me mira Dios a mí".

"Si tengo presente que el Señor es bondadoso y compasivo también limpiaré mi mirada y, seguramente, trataré de mirar un poco más mi vida y no estar siempre tan atento a los defectos de los demás. Y trataré de mirar a los demás como me mira Jesús a mí", sostuvo.

"Cada uno sabe a dónde le aprieta el zapato, creo que estas lecturas nos pueden ayudar a la propia conversión de modo de que con nuestras palabras construyamos fraternidad, de modo que con nuestra mirada lo hagamos de manera misericordiosa con los demás como Jesús lo hace con nuestra propia vida", concluyó.+