La religiosa argentina Crescencia Pérez fue proclamada beata

  • 17 de noviembre, 2012
  • Pergamino (Buenos Aires - Enviado Especial)
La religiosa argentina María Crescencia Pérez, de la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, fue proclamada "beata" este sábado 17 de noviembre en la ciudad bonaerense de Pergamino por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa. "Concedemos a la venerable sierva de Dios María Crescencia, virgen, religiosa profesa de la congregación de las Hijas del Huerto, que testimonió la caridad evangélica con sencillez, humildad y dulzura, que de ahora en adelante sea llamada beata", leyó el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos en nombre de Benedicto XVI. A las 11.37 una gigantografía con la imagen de la primera beata bonaerense fue desplegada en el altar, en medio de vítores y los aplausos de la multitud que se congregó en el circuito El Panorámico. El cardenal Amato indicó, además, que el Papa estableció que la fiesta litúrgica de la religiosa sea el 20 de mayo.
La religiosa argentina María Crescencia Pérez, de la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, fue proclamada "beata" este sábado 17 de noviembre en la ciudad bonaerense de Pergamino por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa. "Concedemos a la venerable sierva de Dios María Crescencia, virgen, religiosa profesa de la congregación de las Hijas del Huerto, que testimonió la caridad evangélica con sencillez, humildad y dulzura, que de ahora en adelante sea llamada beata", leyó el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos en nombre de Benedicto XVI. A las 11.37 una gigantografía con la imagen de la primera beata bonaerense fue desplegada en el altar, en medio de vítores y los aplausos de la multitud que se congregó en el circuito El Panorámico. El cardenal Amato indicó, además, que el Papa estableció que la fiesta litúrgica de la religiosa sea el 20 de mayo. En la homilía, el purpurado vaticano aseguró que éste es "un día de alegría para la Iglesia en la Argentina" y destacó que la nueva beata es "la expresión más genuina de la identidad cristiana del pueblo". "Ella vivió el Evangelio del modo que produce paz, gozo y signos de misericordia", subrayó. "Los testigos aseguran que ?Sol Dulzura? tuvo una existencia casi angelical. Todas las hermanitas eran buenas, pero sor Crescencia era una excepción. Toda su existencia fue paciencia, bondad, solidaridad", agregó. La mujer del milagro Al terminar el ritual de beatificación, María Sara Pane, quien se curó sin intervención ni explicación médica de una hepatitis fulminante en 1996 tras rezarle a Crescencia, acercó al altar una reliquia con restos de la flamante beata, junto con la madre general de la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, la hermana portuguesa Terezinha María Petry, acompañadas ambas por el padre Carlos Pérez, rector del Santuario de María del Rosario de San Nicolás y sobrino de la beata. "Gracias a ella estoy viva. Le pedí que me dejara ver a mi hijo adulto y hoy estoy aquí, hasta con una nieta. Es un día inmenso", exclamó la mujer del milagro. Previamente el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli, solicitó al enviado papal la inscripción de Crescencia Pérez en el libro de los beatos y la monja Josefina Nughedu leyó una semblanza de la vida de "Sor Dulzura" o "Humilde Violeta" como también se la conoce. Confesiones Momentos antes de la beatificación, cerca de la carpa donde se revestían los obispos para la ceremonia, se vio a varios integrantes del episcopado argentino confesando fieles. Así, pudo verse al arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, y a los obispos Guillermo-Rodríguez Melgarejo, de San Martín; Francisco Polti, de Santiago del Estero, y Santiago Olivera, de Cruz del Eje, administrando el sacramento de la reconciliación al aire libre, en una mañana de fuerte sol. El legado del Papa, cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, señaló en su homilía que la beata María Crescencia Pérez acudía con frecuencia al sacramento de la reconciliación. "Manifestación concreta de su gran fe era la oración, la unión con Dios y la tendencia a la perfección mediante la frecuencia regular del sacramento de la reconciliación", sostuvo. El séptimo beato argentino La celebración eucarística, que llevó por lema "Hermana Crescencia, mensajera de Dios y servidora de su pueblo", fue la segunda de este tipo en territorio argentino, después de la proclamación como beato del indio mapuche Ceferino Namuncurá en la localidad rionegrina de Chimpay en 2007. Crescencia Pérez se convirtió en la séptima persona de nacionalidad argentina en ser declarada beato, un paso previo a la santidad. Los anteriores fueron las religiosas Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas) y María Ludovica De Angelis, el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá. Chile dijo presente Hubo una destacada presencia chilena en la beatificación. En representación del Episcopado asistió el obispo de Copiapó, monseñor Gaspar Quintana, donde se halla Vallenar, el lugar donde falleció la beata en 1932. El obispo chileno destacó su ejemplo para la nueva evangelización. Antes de concluir la misa en la que fue beatificada María Crescencia Pérez, monseñor Quintana dijo que su "valioso ejemplo de cómo asumir y realizar la nueva evangelización a la que la Iglesia nos está invitando". Indicó que los obispos de Chile le habían encomendado representarlos por ser el obispo en cuya diócesis se encuentra Vallenar, el lugar donde "María Crescencia se durmió en el Señor", en 1932. El prelado fue invitado a decir unas palabras, en una intervención que no estaba prevista en el programa impreso. En la ceremonia se vio agitar numerosas banderitas chilenas y hubo un gran cartelón del colegio Nuestra Señora del Huerto de Quillota. Monseñor Quintana es obispo de Copiapó desde hace once años. Le tocó estar muy cerca ?"casi día y noche"- de los mineros que estuvieron retenidos a 700 metros de profundidad y que eran en su mayoría católicos. Comentó a AICA que acaba de regresar de Roma Luis Urzúa, uno de los líderes de esos mineros, que asistió invitado por el Santo Padre Benedicto XVI a un acto en relación con el Año de la Fe. Vallenar, el sitio del valle del Huayco donde María Crescencia vivió sus últimos años, está a unos 200 kilómetros de la ciudad de Copiapó, sede del obispo. La ahora beata falleció en 1932 y sus restos permanecieron en Vallenar hasta su traslado a Quillota, Chile, en 1966, ocasión en la que se vio que su cuerpo había permanecido incorrupto y sus ropas estaban intactas. En 1983, el cadáver de la religiosa fue trasladado a Pergamino, donde es honrado en la capilla del colegio de Nuestra Señora del Huerto. Desde el Congo A la beatificación de Crescencia Pérez también vino una religiosa desde Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo. Se trata de la hermana Angela Alves Diogo, nacida en Rio de Janeiro, Brasil, y religiosa del Huerto desde hace 45 años. Su idioma natal es el portugués, por lo cual entiende bien el castellano, por su similitud. El idioma del país donde vive desde hace 23 años -el llamado ex Congo belga- es el francés. Esta hermana menuda, sonriente, de baja estatura y tez oscura, tiene 70 años. En Kinshasa atiende un centro para niños desnutridos. Vive junto con otras cuatro religiosas, ocupándose de esa esforzada labor. En total, en la República Democrática del Congo trabajan once religiosas de las Hijas de María Santísima del Huerto. Además de ella, brasileña y "carioca" para más datos, hay dos hermanas italianas, otras dos procedentes de la India y cuatro nativas del Congo. La religiosa brasileña que trabaja en Africa no descubrió ahora la figura de María Crescencia. Comenta que al menos desde mediados de los años 90 conocía bien su vida ejemplar. Scioli dijo que es un ejemplo a imitar El gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien estuvo en Pergamino antes del ritual de beatificación, dijo que Crescencia Pérez "fue un ejemplo a imitar en todas sus acciones, como educadora y sierva de Dios" y destacó que su "trabajo asistencial con gran amor y dedicación, al socorrer y asistir a niñas con tuberculosis ósea". Autoridades Además del gobernador de Buenos Aires, asistieron el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero; el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri y el director nacional de Culto Católico, Luis Saguier Fonrouge. También estuvieron el director de Culto bonaerense, Enrique Moltoni, y los intendentes de Pergamino, Héctor María Gutiérrez, y de San Nicolás, Ismael Pasaglia. Gutiérrez expresó: "De ahora en más y para todos los tiempos, Pergamino será la ciudad de María Crescencia". Scioli saludó al legado papal, cardenal Angelo Amato, en la escuela oficial Nº41 y tras unos diez minutos allí, fue junto con él, y con el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherring; el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli, y el intendente local, Héctor María Gutiérrez, a la capilla del Huerto donde descansan los restos de María Crescencia.+(Jorge Rouillon)