La familia salesiana celebró el día de san Juan Bosco en Curuzú Cuatiá
- 3 de febrero, 2025
- Goya (Corrientes) (AICA)
La fiesta tuvo por lema "Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes". La misa fue presidida por el obispo de Goya, Mons. Canecín, y concelebrada por sacerdotes salesianos y diocesanos.
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, presidió, el viernes 31 de enero, fiesta litúrgica de san Juan Bosco, la solemne procesión y la celebración eucarística de la familia salesiana en la ciudad de Curuzú Cuatia.
La celebración se realizó en el marco del Año Jubilar, con el lema "Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes". Concelebraron la misa los sacerdotes salesianos Néstor Belmont (párroco), Félix Quiroga y Alfredo Aguirre, junto con, los diocesanos Renato Pérez y Juan Carlos López.
El obispo destacó, en su homilía, la espiritualidad salesiana, "que ha logrado levantar a miles de jóvenes, especialmente de los más pobres y abandonados, y a tanta gente que, entusiasmada con el carisma juvenil de Don Bosco, ha logrado encontrar un sentido feliz para sus vidas".
A su vez, el prelado animó a "aprender a escuchar y discernir lo que el Espíritu nos pide", y le encomendó a "María Auxiliadora, madre de la esperanza", que "nos acompañe en nuestro peregrinar".
Renovación de votos
En el día de san Juan Bosco, el hermano coadjutor Mariano Morales renovó sus votos. "Renovar los votos, para un hermano coadjutor salesiano, significa reafirmar y renovar su compromiso con la vida religiosa y la misión salesiana. Los votos religiosos son promesas que se hacen a Dios y a la Iglesia de vivir una vida de pobreza, castidad y obediencia", señaló monseñor Canecín.
La renovación de los votos es un acto que se realiza periódicamente, generalmente cada año. Durante la ceremonia, el hermano coadjutor reafirma su compromiso con la vida religiosa y la misión salesiana, pide perdón por sus debilidades y fallos en el cumplimiento de sus votos, y renueva su dedicación a la vida religiosa y a la misión salesiana.
El jueves 30 de enero, víspera de la festividad de san Juan Bosco, el obispo había presidido también la Eucaristía en acción de gracias por las hermanas Ramona Giménez y Rocío Santa Cruz, que recientemente realizaron su primera profesión religiosa en el Instituto Hijas de María Auxiliadora.
"Alegres, permanecemos en el amor" fue el lema que identificó a las hermanas de María Auxiliadora en esa celebración.
La primera profesión religiosa es un acto solemne, en el que una joven, después de un período de formación y discernimiento, hace votos de pobreza, castidad y obediencia por un año, renovables por períodos sucesivos. Al hacer la primera profesión religiosa, las jóvenes se comprometieron a vivir según la espiritualidad y la misión de las Hermanas de María Auxiliadora, que se centran en la educación y la formación de los jóvenes, especialmente de los más pobres y marginados.+