El Papa, al Colegio Sacerdotal Argentino: cercanía al prójimo y cuidado de la vida interior
- 16 de enero, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco recibió a sacerdotes y formadores de esa comunidad en Roma y evocó el testimonio del Santo Cura Brochero. "Debemos asumir con firmeza esta identidad sacerdotal", los exhortó.
El Papa Francisco recibió, este jueves 16 de enero, a la comunidad del Colegio Sacerdotal Argentino de Roma en la biblioteca del Palacio Apostólico, y les confío a sacerdotes y formadores que le hubiera gustado celebrar la misa con ellos y compartir un asado, como es costumbre.
Para no dejar de lado "los olores de nuestra tierra", el pontífice evocó la figura del santo Cura Brochero, quien se quedaba con la gente y trataba de llevar a muchos a los ejercicios espirituales. Así, recorría kilómetros y kilómetros, cabalgando por las montañas, con su mula.
Francisco ilustró un aspecto vinculado al alma sacerdotal de Brochero: la afirmación hecha por sus amigos de que "Brochero no debía ser sino sacerdote". A partir de este comentario, el Sucesor de Pedro enfatizó el deber de asumir con firmeza la identidad sacerdotal, "permearnos de que nuestra vocación no es un apéndice, un medio para otros fines, incluso piadosos, como salvarse".
"Absolutamente, no. La vocación es el proyecto de Dios en nuestra vida, lo que Dios ve en nosotros, lo que mueve su mirada de amor, me atrevería a decir que, en cierta forma, es el amor que Él nos tiene, y en esto radica nuestra verdadera esencia", sostuvo.
El Papa puntualizó también el significado de abrazar "la carrera eclesiástica" que, según Brochero, consiste en "trabajar en el bien de los prójimos hasta el último momento de la vida".
A su vez, resaltó la necesidad de la total donación de sí mismos, la entrega a Dios en el hermano, gastándose y desgastándose por el Evangelio.
Paralelamente, "batallar" -de acuerdo con Brochero- "con los enemigos del alma, como los pumas, que pelean echados, cuando parados no pueden hacer la defensa".
En tal sentido, Francisco recomendó "cuidar la vida interior" y mantener encendido el fuego con mucha humildad, "echados", pues "parados" en nuestra soberbia somos más vulnerables.
El Papa animó a los presbíteros presentes a fortalecer la fraternidad de cada uno con su obispo, "combatiendo junto a él, codo con codo, hasta el último cartucho".
"Y, con los hermanos sacerdotes, Brochero quiere compartir cuanto tiene, los invita a corregirlo con confianza y lo hace con ellos con franqueza, pidiéndoles llevar una vida de piedad profunda, con una confesión frecuente 'ya con el uno ya con el otro', para compartir así toda la vida, tanto material como espiritual y apostólica", planteó.
Finalmente, Francisco recordó que, por ardua que fuese la tarea de Brochero, nunca dejó la Eucaristía, llegando a pasar gran parte de la noche al raso, en medio de los maizales, esperando a que se despierten en el rancho al que se dirigía, ya que no consideraba oportuno molestar de madrugada, para poder entrar a celebrar.
"Ese sacrificado respeto, elogió el Pontífice, por el misterio, lejos de imposiciones, calaba más que mil palabras de empalagosa elocuencia", concluyó.
El Colegio Sacerdotal Argentino
La casa contigua a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, declarada Iglesia Nacional Argentina en 1915, fue construida por monseñor José León Gallardo como su residencia personal.
Tras su fallecimiento prematuro, en 1924, la casa pasó a ser habitada por la comunidad religiosa del convento de San Pedro Nolasco in Urbe, que se estableció allí en 1929, gracias a un contrato con la Orden de la Merced.
Durante los años siguientes, la casa albergó también a la Curia General de los Mercedarios, hasta su traslado en 1965, mientras que entre 1932 y 1934 fue sede parroquial.
En 1989, la Conferencia Episcopal Argentina asumió la gestión de la iglesia y la casa, dando por terminado el contrato con los mercedarios.
El Pbro. Fernando Laguna, rector del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma
A partir de entonces, la casa empezó a recibir a sacerdotes diocesanos en formación permanente, lo que condujo a la creación formal del Colegio Sacerdotal en 2002, bajo la dirección del presbítero Antonio Cavallieri.
Ese Colegio Sacerdotal, dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, tiene como objetivo ofrecer formación académica a sacerdotes de diversas partes del mundo, especialmente para la obtención de licenciaturas y doctorados, y ha formado a casi un centenar de presbíteros, de los cuales siete han sido nombrados obispos.
El Colegio está regido por un rector y un vicerrector, designados por un periodo renovable de tres años, y su actividad está vinculada al Dicasterio para el Clero.+