Paraguay: el Card. Martínez anima a rezar por la pronta canonización de Chiquitunga

  • 14 de enero, 2025
  • Asunción (Paraguay) (AICA)
Fue en el marco del centenario del nacimiento de María Felicia Guggiari Echeverría, la primera beata paraguaya. El presidente Santiago Peña declaró de interés general la conmemoración.

Al celebrarse el centenario del nacimiento de María Felicia Guggiari Echeverríala primera beata paraguaya, el arzobispo de Asunción, cardenal Adalberto Martínez, animó a rezar por la pronta canonización de quien es conocida popularmente como "Chiquitunga".

El domingo 12 de enero, en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de la capital paraguaya, se realizaron actividades para recordarla. En Villarrica, donde nació y descansan sus restos, se invitó a los fieles al rezo del Rosario y a una Eucaristía solemne, presidida por el nuncio apostólico, monseñor Vincenzo Turturro.

Por su parte, el presidente paraguayo, Santiago Peña, declaró de interés general la conmemoración del centenario de Chiquitunga.

El cardenal Martínez, además, dirigió una carta a los fieles, en la que expresa: "Hay fiesta en el cielo y aquí en la tierra, en nuestros corazones y en la iglesia que peregrina en el Paraguay. ¡Es el cumpleaños número 100 de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, la querida 'Chiquitunga'!".

"Este siglo desde su nacimiento ha desencadenado una suave brisa con olor a lirio, que ha inundado el Paraguay. Es el olor a santidad que nos regala esta niña", precisa el prelado, y asegura que ella señala el camino "para que nosotros también podamos aspirar a ser santas y santos".


"Chiquitunga nos invita a aventurarnos por este camino de la entrega total a Dios a través del amor al prójimo, manifestado en el servicio cristiano", sostiene el arzobispo, en ese sentido.

La primera beata paraguaya
María Felicia Guggiari Echeverría nació en Villarrica, el 12 de enero de 1925. Desde los 14 años, se dedicó intensamente a la oración y al apostolado en la Acción Católica de Paraguay.

Esa etapa de su vida estuvo marcada por una gran actividad catequística: impartía catequesis a niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas, pobres, enfermos y ancianos.

Luego, a los 30 años, el 14 de agosto de 1955, respondió al llamado de Dios a la vida contemplativa, ingresando en la Orden de las Carmelitas Descalzas. Así, pasó a llamarse María Felicia de Jesús Sacramentado.

A los 34 años, contrajo hepatitis y, el 28 de marzo de 1959, un domingo de Pascua, falleció.

En 2010, fue declarada venerable por Benedicto XVI; y, el 23 de junio de 2018, fue beatificada en una celebración encabezada por el entonces prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato.

El milagro decisivo para ello, atribuido a su intercesión, fue la curación de un bebé nacido en 2002, quien revivió tras permanecer unos 20 minutos sin signos vitales después del parto.+