Mons. Zurbriggen: 'Acción comprometida en defensa de la dignidad de cada persona'

  • 28 de diciembre, 2024
  • Concordia (Entre Ríos) (AICA)
En la homilía de la misa de Nochebuena, el obispo de Concordia recordó que el nacimiento de Jesús "devela la dignidad de todo ser humano" y "trae consigo la esperanza de una nueva humanidad".

El obispo de Concordia, monseñor Gustavo Zurbriggen, difundió su mensaje para la comunidad diocesana en la misa de Nochebuena. 

En la homilía, el prelado sostuvo que el nacimiento de Jesús "devela la dignidad de todo ser humano, trae consigo la esperanza de una nueva humanidad y nos moviliza para obrar corresponsablemente en la construcción de una sociedad más justa, pacífica y fraterna".

'La dignidad, el don recibido de Dios'
En primer lugar, monseñor Zurbriggen destacó la dignidad inestimable recibida de Dios por medio del nacimiento de Jesús. "Allí se revela la ternura y misericordia de Dios para con toda la humanidad", aseguró.

"Este don que jamás debe perderse nos da cuenta de que todos somos hijos de Dios, amados infinitamente por Él, creados para ser felices, llamados a desarrollar plenamente todas las dimensiones de nuestra vida y elegidos para vivir eternamente en la vida de Dios", manifestó.

'Jesús nos trae la esperanza'
"El nacimiento de Jesús renueva la esperanza en una nueva humanidad que viva la paz, la justicia, la fraternidad y una vida sana, plena y feliz", destacó el diocesano en segundo lugar. 

"Y en ese proyecto de amor de Dios vivir con dignidad significa que se nos respete el don de la vida desde el primer momento de la concepción, que seamos recibidos en el seno de una familia que nos ame y nos cuide, que todos tengamos acceso a una buena alimentación y a una adecuada educación, para que cada uno pueda desplegar sus potencialidades con los dones que Dios le ha regalado y pueda así responder con generosidad al llamado vocacional que cada uno escuche en su corazón", aseguró.

La corresponsabilidad como clave
Como tercer punto, y tras mencionar algunas realidades que tanto a escala local como global ofenden la dignidad de los hermanos, monseñor Zurbriggen insistió en que "nos toca orar y obrar, según la responsabilidad que tenemos en la sociedad y en la Iglesia, para que el querer de Dios revelado en su hijo Jesús, se haga realidad en nuestra comunidad". 

"La acción comprometida de todos los cristianos en la defensa de la dignidad de cada persona es lo que hará posible una sociedad un poco más humana", concluyó.+