Mons. Giobando: 'La Navidad es familia, no nos quedemos quietos'

  • 26 de diciembre, 2024
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Pidamos al Niño Jesús que, en este 2025, podamos hacer todo lo posible para que nuestros hermanos más excluidos puedan también estar adentro de la Iglesia", dijo el obispo de Mar del Plata.

Distintas celebraciones y actividades se llevaron a cabo estos días para celebrar el nacimiento de Jesús en la diócesis de Mar del Plata: misas en las unidades penales de Batán, mesas fraternas para los más necesitados, pesebres vivientes, y solemnes celebraciones en la catedral y en los restantes templos de la ciudad. 

La misa central en el templo mayor fue presidida por el obispo local, monseñor Ernesto Giobando SJ, quien animó a recuperar el sentido profundo de la Navidad: "Muchos regalos, mucha luz, en algunos casos mucha comida, pero esa es toda la Navidad. ¿Hay lugar para Jesús en nuestras vidas?", manifestó.

El prelado evocó, en su homilía, la misión de los primeros jesuitas que misionaron estas tierras. "Los padres Strobel, Falkner, ¿cómo se habrán arreglado con los pueblos que vivían aquí y que no conocían nada? ¿Qué les habrán dicho estos primeros evangelizadores: 'Miren, aquí está el niño Dios, que es el Salvador'? Desde esa primera evangelización, han pasado algunos siglos y, hoy, Mar del Plata tiene 150 años. Podemos decir que hace 150 años que se celebra Navidad. Y lo que sí puedo descubrir, como alguien que viene de afuera, es la profunda religiosidad que hay en estas tierras", afirmó.

Recordó asimismo que, unos días atrás, "tuve que predicar tres veces con las lecturas de hoy, porque celebramos la Navidad en los tres penales que hay en Batán, y tuve que hablarles a nuestros hermanos y hermanas que están allí, y les comentaba esta primera imagen del profeta Isaías; porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo ha destrozado el Señor", relató.

También, el obispo comentó algunos pasajes de la homilía de la misa en la que el Papa Francisco inauguró el Jubileo, y señaló: "El Santo Padre pide que no nos quedemos tan tranquilos en Navidad". 


"Evidentemente que ahora vamos a ir a cenar y vamos a compartir. Incluso la cena es parte de este misterio de la Navidad, porque Belén es 'casa del pan'. Pero el Pan de Vida es quien se hace carne; y, para dejar este mundo, nos deja su Cuerpo y su Sangre, no quiso dejarnos sin su carne", explicó.

Y prosiguió: "El Papa nos dice que ojalá nos inquietemos un poquito en esta Navidad: que nos inquietemos por los que están sufriendo muchísimo en este mundo, por los millones destruidos, por los más pobres; que nos inquietemos por los jubilados que, como decía el cardenal Rossi en Córdoba, tienen que elegir entre llegar a fin de mes o comprar la medicina".

Y agregó: "También en esta noche de paz, noche de amor, a veces -dicho en porteño- se nos pianta un lagrimón. ¿Quién de nosotros no recuerda a sus seres queridos, a los que han partido hace poco o hace muchísimos años? La Navidad, en mi familia, era gracias a mis abuelos. Cuando mis abuelos partieron, o mis padres partieron, cada uno comenzó a celebrar en su propia familia". 

"La Navidad es familia. Navidad es esto, queridos hermanos. Por eso, en esta Nochebuena, no nos quedemos quietos. No durmamos nuestra conciencia hoy con tantas cosas que, en cierto modo, nos alienan. Aprovechemos el celular, mandemos mensajitos, no dejemos a nadie afuera, porque en esta barca que es la Iglesia nos salvamos todos", enfatizó.

Sobre el final de su prédica, monseñor Giobando animó a que "pidamos entonces al Niño Dios, en este Jubileo que comenzamos en Roma y aquí, que podamos hacer un jubileo santo. El jubileo cada 25 años, en el pueblo de Israel, era un año de misericordia. Los que estaban peleados se pedían perdón. A los que se les debía dinero, se les condonaba la deuda. A los pobres, a las viudas, a los enfermos, se les daba un lugar. ¿Por qué? Porque nadie en el pueblo de Dios puede quedar afuera. Todos tienen que estar adentro".

"Pidamos entonces al Niño Jesús que, en este 2025, podamos hacer todo lo posible para que nuestros hermanos más excluidos puedan también estar adentro de la Iglesia; y no hablo solo de los excluidos por la pobreza, sino también por tantas otras lamentables realidades que hoy vivimos", concluyó.+