Mons. Lozano: 'Dios se pone de nuestro lado'

  • 15 de diciembre, 2024
  • San Juan (AICA)
"Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto, sabiendo que por nuestro parecido con Jesús forman parte de nuestra historia sagrada", recordó el arzobispo de San Juan de Cuyo.

Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, preguntó: "Vos, ¿a quién te parecés?" y replanteó el interrogante: "¿a quién querés parecerte?". "No se trata de vivir vidas prestadas. Los niños y adolescentes a veces sueñan con tener el aspecto de alguien famoso, las habilidades de algún deportista, los poderes de un superhéroe, las riquezas de personajes destacados", graficó y se preguntó: "¿Y yo?"

"El mundo actual es competitivo, valora a los más fuertes y a los ganadores. Por el contrario, son dejados de lado los más débiles, los considerados como perdedores. Cuesta promover actitudes que logren una sociedad en la cual haya espacio para todas las personas, respetando su edad y condición", lamentó y exclamó: "¡Cómo luchan y trabajan hombres y mujeres que se organizan para asistir a quienes tienen capacidades diferentes o disminuidas!"

El arzobispo sanjuanino recordó que "Dios se hace cercano para mostrarnos quiénes somos los seres humanos" y señaló que así lo expresa la constitución pastoral Gaudium et spes, del Concilio Vaticano II, citando un párrafo: "El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado". 

"Es una consecuencia de la Navidad: 'el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre'", citó.

"Este acontecimiento 'nos invita a ponernos espiritualmente en camino' con la imaginación y el corazón hasta un lugar lejano en el tiempo y la cultura, para acercarnos a contemplar y gozar 'atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él'", profundizó citando el libro El hermoso signo de pesebre, del Papa Francisco.

Monseñor Lozano contó que "Dios tanto nos ama que se quiere parecer a nosotros" y destacó: "El nacimiento de Jesús tiene un realismo inocultable. Es un niño concreto, envuelto en pañales por su mamá. Recostado en un pesebre que aloja animales, con sus particulares aromas y temperaturas. Casi en la intemperie".

"Esa fragilidad de Dios puede llegar a escandalizarnos y desubicarnos. Nos resulta más atractiva 'la idea' de un Dios que sea fuerte, poderoso, omnipotente, ante quien nada hay imposible. Y así es Dios. Pero en la Navidad se muestra de otra manera, que tenemos que arriesgarnos a contemplar, aunque nos resistamos", subrayó y añadió: "Son los modos que Dios tiene para enseñarnos ese otro modo de actuar que muchas veces nos desconcierta. Ya lo decía San Agustín: 'Sin dejar de ser lo que era, empezó a ser lo que no era'".

"La autenticidad del Dios que asume nuestra naturaleza está expresada en el inicio del Evangelio de San Juan: 'el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros'. Dios asume nuestra condición; se hace uno igual a nosotros menos en el pecado. En otras palabras, asume la fragilidad y debilidad de nuestra carne, no sólo para hacerse igual a nosotros, sino que, haciéndose frágil como nosotros, nosotros nos hacemos fuertes en Él", aseguró.

El arzobispo puntualizó que "Dios se hace cercano y débil para que no le tengamos miedo" y señaló: "Tan pequeño como para que nos animemos a inclinarnos, tomarlo en brazos y, arrimándolo a la mejilla, sentir su calor y belleza. 

"Podemos afirmar que, en realidad, es Dios quien quiere tomarnos a nosotros en sus brazos y arroparnos con ternura junto a su corazón de Padre. Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto, sabiendo que por nuestro parecido con Jesús forman parte de nuestra historia sagrada", afirmó.

"Dios se pone de nuestro lado. No hace falta ser triunfadores y exitosos para llamar su atención. 'María quiere parir un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades, donde resplandezcan la justicia y la paz'", concluyó.+