Roma: Francisco veneró a la Inmaculada Concepción en la Plaza de España

  • 8 de diciembre, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
El Papa rindió el tradicional homenaje a la Virgen María en ese espacio de la capital italiana.

El Papa Francisco acudió, este domingo 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, a la Plaza de España de Roma, como es ya tradición en esta fecha, para el acto de veneración a la imagen de la Inmaculada presente allí.

En su oración, a 16 días de la apertura del Año Santo 2025, el obispo de Roma recordó que el "verdadero jubileo no está fuera, sino dentro; es dentro donde hay que trabajar para preparar el camino al Señor que viene".

Antes de arribar a la plaza, realizó una parada en la basílica de Santa María la Mayor, donde rindió homenaje a la Salus Populi Romani

El pontífice fue recibido por el recientemente creado cardenal Baldassare Reina, vicario general para la diócesis de Roma, y por el alcalde de la capital italiana, Roberto Gualtieri.

Francisco oró junto a los fieles presentes y a los que siguieron la ceremonia a través de los medios de comunicación. Asimismo, se entonaron cánticos y letanías en honor de la Santísima Virgen.

El Papa depositó una ofrenda floral, se recogió en oración y pronunció una breve plegaria. Además, aludió a que el Jubileo Ordinario de 2025, "será un mensaje de esperanza para la humanidad, atormentada por las crisis y las guerras", manifestó. 

También mencionó la multiplicidad de obras en curso en Roma con motivo de este gran acontecimiento para la Iglesia universal, reconociendo la importancia y la necesidad de esos trabajos.


Jubileo de la Esperanza
Durante el homenaje a la Inmaculada Concepción, el Papa recordó el Año Santo que se iniciará el próximo 24 de diciembre: "Madre, Roma se prepara para un nuevo Jubileo, que será un mensaje de esperanza para la humanidad, afligida por crisis y guerras", dijo Francisco. 

Este homenaje anual se realiza el 8 de diciembre, en la Plaza de España, frente a la imagen de la Virgen María, ubicada en lo alto de una antigua columna romana, donde se colocó, la tradicional guirnalda de rosas blancas, ofrecida por Francisco. 

"Las flores que le ofrecemos expresan nuestro amor y gratitud. Pero se ve y se aprecian, sobre todo, las flores escondidas, que son las oraciones, los suspiros, las lágrimas, especialmente de los más pequeños y de los pobres", dijo, en su oración. 

Francisco recordó que la celebración del Jubileo 2025 será un año especial de celebraciones, en el que se esperan decenas de millones de peregrinos en la capital italiana. 

"Por eso, hay obras por toda la ciudad, lo que, como sabéis, causa muchas molestias, pero es una señal de que Roma está viva. Se renueva, se adapta a las necesidades, para ser más acogedora y más funcional", indicó. 

El Papa pidió que la preparación para el próximo Año Santo vaya más allá de las obras externas, cambiando los "corazones" y las "relaciones familiares y sociales". 

Francisco habló, así, del Jubileo como de un "tiempo de renacimiento espiritual, de perdón y de liberación social", como anunció Jesús. 

La intervención recordó que el mensaje de Cristo fue recibido, por muchos de sus contemporáneos, con actitudes de "cierre y envidia, que generan violencia". 

"Madre, libéranos de la envidia, que todos seamos hermanos, que nos amemos unos a otros", rezó el Papa, presentando a Jesús como la respuesta a un tiempo "pobre de esperanza". 

El dogma de la Inmaculada Concepción de María fue proclamado el 8 de diciembre de 1854, mediante la bula 'Ineffabilis Deus', por el Papa Pío IX, mediante la que declaró la santidad de la Virgen María desde el primer momento de su existencia, siendo preservada desde entonces del pecado original. 

El homenaje en la Plaza de España comenzó, por la mañana, con la evocación de los 220 bomberos que inauguraron el monumento, el 8 de diciembre de 1857, colocando una corona de flores en el brazo de la imagen de la Virgen María. 

A lo largo del día, diversos grupos y personalidades van dejando coronas de flores al pie de la columna de 12 metros de altura, diseñada por el arquitecto Luigi Poletti, sobre la que se encuentra la imagen mariana en bronce, creada por el escultor Giuseppe Obici

Tras el acto de veneración y oración dirigido a la Inmaculada Concepción, el Papa se dirigió al Palacio Cipolla, en Via del Corso, donde se detuvo para visitar la Crucifixión Blanca, obra de Chagall "especialmente querida" por Francisco, según informó la Sala de Prensa de la Santa Sede.+