La Iglesia en Paraguay convoca a vivir el Año Santo bajo el signo de la esperanza

  • 4 de diciembre, 2024
  • Asunción (Paraguay) (AICA)
La Conferencia Episcopal del Paraguay (CEP) difundió una Carta Pastoral titulada "La esperanza no defrauda", en el marco del Jubileo que se inicia el 24 de diciembre.

"La esperanza es lo último que se pierde. En los momentos más oscuros y dolorosos, siempre hay en el corazón un espacio que se resiste, que se niega a rendirse. Este don es personal, pero suscita una virtud colectiva que compartimos en comunidad, apoyándonos mutuamente, especialmente en tiempos difíciles", escriben los obispos paraguayos en la Carta Pastoral titulada "La esperanza no defrauda", con motivo del Año Jubilar convocado por el Papa Francisco y al que se dará inicio el próximo 24 de diciembre.

Las deudas y sufrimientos
Los obispos enumeraron los "sufrimientos y pruebas" del sentir comunitario, esas deudas que aún esperan respuestas concretas para el pueblo paraguayo, aunque, "a pesar de todo esto, seguimos creyendo que 'otro país es posible'", para lo cual dan sus fundamentos.

La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) reclamó agua para "regiones históricamente olvidadas", como el Chaco, mejoras en el sistema de salud y el impulso de una reforma agraria justa en el país, al tiempo que se pronunció en contra de la corrupción y la "explotación sin restricciones" de los recursos naturales.

Al referirse a los indígenas, el Episcopado señaló que "es cada vez más frecuente y doloroso el proceso de expulsión de sus territorios" y de las calles en las ciudades, "en tanto que los organismos competentes no cumplen ni hacen cumplir sus mandatos en defensa de estas comunidades".

También se pronunciaron a favor de las familias campesinas y los pequeños productores, que consideran la base de la historia y la cultura nacional, quienes "enfrentan la falta de apoyo por parte de las autoridades".

Entre otros, señalaron que la falta del impulso de una reforma agraria "facilita la reconcentración de la tierra en pocas manos y expulsa a los pequeños agricultores", lo cual afecta la seguridad alimentaria y la estabilidad de las comunidades rurales.

Los obispos anhelan un país en el que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad y que la atención médica "sea una realidad para todos, sin importar su ubicación o situación económica".

Se pronunciaron también en contra del uso de la naturaleza como "objeto de consumo", al alertar sobre la "tala indiscriminada de bosques, el desvío y la explotación irracional de los recursos hídricos" y la contaminación de los ecosistemas, lo que, a su juicio, ha generado una "deuda ecológica" que afecta a los más pobres: indígenas, campesinos y pescadores, entre otros.

"Es dramática -agregaron- la escasez de agua en el Chaco paraguayo, con graves consecuencias para la vida de las comunidades indígenas".

De igual forma, denunciaron "la destrucción de gran parte de los humedales aledaños al complejo del lago Ypoá (en el centro-oeste del país)" e indicaron que muchas empresas arroceras "se aprovechan en forma desmedida y sistemática de los recursos naturales".

Por otra parte, apuntaron que la corrupción, la impunidad y el crimen organizado "corrompen" las instituciones locales y "debilitan el sistema democrático".

"Cuando la clase dirigente es corrupta, defrauda y desmoraliza al pueblo al que debe servir", indicó en ese sentido la Carta pastoral.

Los obispos, asimismo, hicieron votos para que el año del Jubileo traiga "cambios sustanciales" en el sistema penitenciario, entre ellos la atención de las condiciones infrahumanas en las cárceles, mejorar la calidad de vida de los internos, que se combata la corrupción también en el sistema carcelario y se conceda "el perdón de las penas", en los casos en los que exista esa posibilidad.

"Las cárceles tienen rostro joven. Necesitamos asumir el compromiso de cambiar esta situación juntos", añadieron.


Una esperanza que libera
"La esperanza que llevamos dentro debe hacernos más libres y creativos para imaginar y construir un nuevo orden, basado en la justicia y el bien común"; y, citando la Evangelii gaudium, afirman que "los cristianos tenemos una gran responsabilidad para contribuir al cambio de las estructuras de pecado que oprimen a los pobres, a los pequeños, a los vulnerables". El Papa Francisco invita a los cristianos a ser signos de esperanza y paciencia, "apostando por la humanidad y la unión en la construcción del bien común".

Los signos de esperanza se perciben y son concretos, indican los obispos paraguayos, y los describen: la solidaridad; el cuidado de la Casa Común; "jóvenes involucrados en actividades solidarias, pastorales, y en movimientos para la justicia social y el cuidado ambiental"; la preservación de los signos locales de identidad y de la cultura autóctona; la priorización del trinomio familia- educación-valores; el surgimiento de economías solidarias; la "presencia de laicos y consagrados que impulsen proyectos de apoyo social o conformen comunidades intercongregacionales"; y una confianza en la fuerza de la fe del pueblo guaraní.

Celebrar el Jubileo 2025
"El Jubileo -escriben- es, ante todo, una celebración del don de Dios, recibido por la gracia de Jesucristo en el Espíritu Santo, una celebración de nuestra esperanza. Por esto, se están preparando varios actos en Paraguay, en cada diócesis y pastoral: peregrinaciones, encuentros, retiros, gestos de solidaridad, momentos de oración en común, rememoración de caminos de evangelización. Animamos a todas y todos a participar en sus comunidades, parroquias y diócesis. La CEP tiene un equipo nacional que intenta coordinar las iniciativas. Invitamos a informar y recibir informaciones de este equipo, al servicio de esta gran celebración de la esperanza".+