Adviento en Belén: mantener viva la esperanza en los tiempos difíciles

  • 4 de diciembre, 2024
  • Belén (Tierra Santa) (AICA)
Sin peregrinos, en medio de una grave crisis social y económica debido a la guerra que estalló el 7 de octubre de 2023, comenzó el Tiempo de Adviento en la ciudad que contempló el nacimiento de Jesús.

El custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton OFM, protagonizó la tradicional entrada en Belén, con la que se inició el periodo de Adviento. Las celebraciones empezaron cuando el Custodio se reunió con los representantes de la parroquia latina de Jerusalén y con el párroco, fray Amjad Sabbara, en el convento de San Salvador. 

Siguiendo la tradición, en el trayecto de Jerusalén a Belén, el custodio se detuvo en el monasterio ortodoxo de Mar Elías, donde lo esperaban los representantes de la comunidad de Beit Jala, llegados especialmente para recibirlo.

Tras el intercambio de saludos con las autoridades religiosas y civiles de la comunidad de Beit Jala, el cortejo que acompañaba al custodio continuó hasta la basílica de la Natividad, en Belén. En esta ocasión, el puesto de control situado cerca de la Tumba de Raquel se abrió para permitir la entrada del Custodio en la ciudad.

Una vez en Belén, el custodio, junto con el vicario, fray Ibrahim Faltas, siguió a pie por la Vía de la Estrella. También este año, de acuerdo con los líderes de las iglesias de Jerusalén, se quiso mantener la sobriedad, en señal de respeto al sufrimiento provocado por la guerra en curso.


Al llegar a la Plaza del Pesebre, las autoridades locales recibieron al cortejo y acompañaron al custodio hasta la entrada de la basílica, donde también lo esperaban representantes de las demás iglesias cristianas (greco-ortodoxos y armenios). 

"Qué importante es esta actitud de oración vigilante y agradecida para lograr mantener viva la esperanza, levantar la mirada hacia el cielo, hacia Jesús que viene, y no desanimarse cuando el mal se desencadena como una tormenta sobre nuestras vidas", expresó el custodio en su homilía. 

Con el rezo de las primeras vísperas, empezó de manera oficial el tiempo de Adviento. Al final de la celebración, el custodio, junto con frailes y fieles, participó en la procesión hasta la Gruta de la Natividad, corazón de la fe cristiana. Allí, llevó en procesión la reliquia de la Sagrada Cuna del Niño Jesús, donada por el Papa Francisco a la Custodia de Tierra Santa. 

Luego, al presidir, en la iglesia de Santa Catalina, la misa solemne del primer domingo de Adviento, el custodio subrayó la importancia de la oración para poder mantener viva en nosotros la esperanza cristiana en este tiempo litúrgico. 

"La esperanza nos impulsa a crecer y rebosar de amor, tanto hacia los miembros de nuestra familia y de nuestra comunidad como hacia todos los demás", expresó.

Párroco de Bélen: mantener viva la esperanza
"Cuando los tiempos y las situaciones son difíciles, la fe en Jesús nos ayuda a mantener viva la esperanza", enfatizó el padre Rami Asakrieh, párroco de la parroquia latina de Belén, reconociendo la difícil situación en las que se encuentran los habitantes de la ciudad. 

La falta de peregrinos provoca que la gente esté desempleada. Los hoteles, las tiendas de recuerdos y muchos restaurantes están cerrados, los empleados no reciben sus salarios y las familias no tienen nada con qué vivir. 

 "Hay escasez de empleos, muchos han sido despedidos, las familias han empezado a utilizar sus ahorros para sobrevivir; hubo quienes vendieron todas sus pertenencias y se fueron, también hay quienes se endeudaron. Afrontar esta situación cada día es más difícil, por lo que cada vez más personas piensan en emigrar. Muchos ya se han ido, pero es difícil decir cuántos", afirmó el padre Asakrieh a la Agencia italiana SIR.


La Plaza del Pesebre, sin árbol de Navidad ni luces
El franciscano confesó que es difícil encontrar señales de la próxima Navidad en la ciudad. Sin embargo, añadió que la comunidad cristiana de Belén "se está preparando para la Navidad según la tradición, porque, en la oscuridad de este tiempo y de esta guerra, tenemos la luz de Jesús y la esperanza que de Él viene". El franciscano informó que, mientras la Plaza del Pesebre permanecerá a oscuras -las autoridades de Belén han confirmado que allí no habrá árbol de Navidad ni luces, en virtud de mantener la sobriedad-, aparecerán sí adornos en las iglesias.

Se trata de una respuesta al llamamiento de los patriarcas y jefes de las Iglesias de Tierra Santa, que, en una carta conmemorativa del Adviento, animaron a las comunidades y a los fieles a conmemorar el nacimiento de Cristo, a pesar de la guerra en curso en Gaza, haciendo públicamente expresión de la esperanza cristiana en el simbolismo de las luces y las decoraciones navideñas.

"De esta manera", se lee en el comunicado, "imitaremos la misma historia navideña en la que los ángeles anunciaron la buena nueva del Nacimiento de Cristo a los pastores en tiempos igualmente difíciles en nuestra región, ofreciéndoles a ellos y al mundo entero un mensaje de esperanza divina y paz".

Misericordia y hospitalidad
El padre Asakrieh señaló que la primera preocupación de la comunidad católica será cuidar de aquellos que están enfermos y sufren a causa de la guerra. "Para nosotros -explicó-, esto significa combinar la oración con actos de misericordia y hospitalidad. Intentaremos, a nuestra pequeña manera, dar regalos a los niños, ayudando así a las familias. También estamos pensando en organizar un pequeño refrigerio. Todos estos son gestos que reavivan la esperanza y la comunión.

El fraile señaló que cada vez es más difícil para la gente creer en un futuro pacífico, y que los padres están preocupados por el futuro de sus hijos. "El sentimiento que impregna los corazones de los palestinos en Belén es de desesperación, alimentada por la violencia, la desconfianza en los políticos y un futuro incierto. Incapaces de reaccionar, resisten sólo para apoyar a sus hijos", afirmó el párroco de Belén. Agradeció asimismo a todos los que continúan apoyando a los habitantes de esa ciudad, y pidió una oración persistente por la paz, para que los palestinos puedan mirar a Jesús y ver en Él esperanza.+